En la letra pequeña de las participaciones preferentes figura que si la compañía en cuestión no obtiene beneficios en un ejercicio, no pagará los cupones que le corresponderían a los tenedores de estos activos.
Es decir, que si hay pérdidas los preferentistas se quedan sin cobrar. Para que esto no sucediese, Popular, en vista de que acabaría 2012 en números rojos, planteó una solución que se aprobó a principios de este mes y que ahora ha valorado positivamente la agencia Fitch con una mejora de calificación de las preferentes de la entidad que siguen vivas.
Fitch ha elevado el rating de esta deuda hasta B, desde B-. Es la primera vez que una agencia sube la nota crediticia de las preferentes de una entidad financiera española.
La mejora llega después de que en enero Fitch cambiase la perspectiva a "positiva". En aquel momento, Popular ya había anunciado su intención de modificar las condiciones y los términos con las que se habían colocado todas las preferentes -incluidas las de Pastor- para seguir pagando el cupón a pesar de no tener beneficios.
¿En qué consistió la fómula mágica? En una junta de estos bonistas celebrada la semana pasada se aprobó ampliar el concepto de "beneficio distribuible" para incluir también las reservas de la entidad. De esta manera, los cupones ahora no solo dependen de que Popular tenga beneficios sino que la entidad también podrá pagar con reservas a los titulares de las preferentes que quedan vivas. Y después de la macroampliación de capital que consiguió Popular, con el cambio aprobado no hay peligro de que dejen de abonar los cupones. Según explican fuentes del banco, Popular "es la única entidad financiera española que ha llevado a cabo esta modificación".
El banco que preside Ángel Ron ha evitado así lo sucedido en entidades financieras españolas que incurrieron en pérdidas el año pasado, como las nacionalizadas Bankia o NovaGalicia, y que al final han dejado colgados a los inversores de preferentes.
Pocos implicados
La mejora de calificación está dirigida exclusivamente a las preferentes que aún tienen los inversores que no se acogieron al canje por bonos convertibles que Popular ofreció el año pasado. Es decir, a los 134,9 millones de euros de saldo vivo que quedan de las diferentes emisiones realizadas.
De este montante, solo 13,9 millones de euros está en manos de inversores minoritarios, mientras que los institucionales todavía poseen preferentes por valor de 121 millones de euros.
Y es que en la oferta de recompra y canje de estos títulos por bonos convertibles con vencimiento en abril de 2018 hubo un alto porcentaje de aceptación, del 98,33% de los titulares, con lo que se convirtieron más de 1.128 millones de euros de preferentes, tanto de Popular como de Pastor.