Las grandes cotizadas darán este año un importante paso en el camino de rebajar las deudas contraídas en el momento de máximo crecimiento. Se espera que las empresas del Ibex 35 mejoren su situación finaciera gracias a que el apalancamiento se reducirá casi un 10% respecto a 2012.
Según las previsiones del consenso de mercado, recogidas por FactSet, la deuda total de las compañías del principal índice español -sin tener en cuenta a las entidades del sector financiero- supondrá en 2013 solo 2,5 veces los beneficios brutos (ebitda). Esta ratio llegó a estar por encima de las 3 veces durante la crisis y el año pasado ya logró reducirse a las 2,77 veces.
"Aún hay mucho margen de mejora", opina Antonio Castelo, responsable de renta variable de Interdin. "Aunque un apalancamiento entre 2,5 y 3 veces supone cifras razonables", señala el experto.
Situación razonable
El objetivo para la mayoría de cotizadas no es dejar estos niveles en cero ni desprenderse de toda su deuda actual. Pero, ¿por qué ahora supone una carga lo que hace unos años era positivo para las compañías? "La crisis económica hace que no se rentabilice la deuda porque no hay crecimiento, las refinanciaciones son agónicas, los costes se disparan y constituyen un lastre para las cuentas de las empresas", explica Victoria Torre, responsable de análisis de Self Bank.
De ahí que en los últimos años en los que se ha cerrado el grifo del crédito las compañías muy endeudadas se hayan introducido en una espiral contraria a la que les llevó a crecer antes de la crisis. Cuando vuelva a reactivarse la economía y los beneficios comiencen a repuntar, menos deuda les permitirá volver a crecer.
Pocas cotizadas se salen de la fotografía. Es más, el consenso de analistas estima que un 88 por ciento de las compañías del Ibex que actualmente están endeudadas bajará su ratio de deuda/EBITDA en 2013.

"Todas las grandes empresas del Ibex están en un proceso de desapalancamiento", asegura Castelo, en el que apunta tanto a eléctricas, como a constructoras o empresas concretas como Telefónica.
El caso de Ferrovial
Para el experto, uno de los casos más claros es el de Ferrovial. La empresa de infraestructuras ha acelerado las desinversiones de activos en los últimos años de manera que su deuda neta permanecerá por debajo de los 6.000 millones de euros este año (aunque ésta no tiene cargo a la matriz porque es de sus concesiones), lejos de los más de 22.000 millones que llegó a alcanzar en 2009.
Sin embargo, es una de las empresas donde no se espera una mejora de su ratio de endeudamiento. Se estima que se elevará por encima de las 7 veces, porque no todo serán desinversiones. Su consejero delegado, Íñigo Meirás, dejó claro en una entrevista a la agencia EFE su interés por ampliar proyectos en EEUU.
Las eléctricas también seguirán saneando su situación financiera. La deuda neta de Iberdrola podría bajar de los 30.000 millones de euros por primera vez desde 2009, con lo que su ratio deuda/ebitda se quedaría en las 3,75 veces.
Medios para un fin
Son muchos los esfuerzos por reducir el endeudamiento. "Las entidades han tenido que recurrir en ocasiones a la supresión del pago del dividendo o a la venta de activos", recuerda Victoria Torre. Una compañía que ha seguido ambas estrategias es Telefónica. La operadora ha optado tanto por la venta de algunos de sus negocios como por la cancelación de la retribución que tendría que pagar con los resultados del año pasado. Algo imprescindible para que este año la deuda solo suponga 2,27 veces el ebitda, según las estimaciones.
Las constructoras FCC y ACS también se han propuesto reducir su endeudamiento. La primera sorprendió al suprimir su remuneración al accionista para "fortalecer su balance" y la recompensa es que su situación mejorará en 2013. En su caso, viene de niveles que se dispararon en 2012 -ver gráfico-.
Otra suspensión del dividendo, el de Grifols, ha tenido sus frutos. El grupo logró reducir su deuda para conseguir refinanciación y ahora su endeudamiento se quedará en las 2,36 veces, frente a las 3 veces de 2012 y las 7 veces de 2011.
En general, estos esfuerzos han permitido a las empresas "dejar de estar tan preocupadas por las dificultades de acceso al crédito o por la amenaza de las rebajas de rating", apunta la analista de Self Bank.