Los nervios primaron en el despertar de la prima de riesgo ante lo que pudiera ocurrir en la primera subasta de deuda del Tesoro desde el jaleo que se ha formado en torno a la política en España. Pendiente de la colocación, el riesgo país escaló hasta los 388 puntos básicos.
Pero el apetito que reafirmaron los inversores por la deuda española que subastó el organismo -la demanda duplicó con creces la oferta- sirvió para relajar de inmediato la prima de riesgo por debajo de los 375 puntos. Sin embargo, acabó la sesión tal y como la empezó: cerró en los 381 puntos, solo un punto por debajo del día anterior.
El diferencial que los inversores exigen a los bonos españoles a 10 años frente a los alemanes del mismo vencimiento se incrementó pese a que los inversores dejaron a un lado el miedo de los últimos días y compraron deuda española. La rentabilidad del bono español -que baja cuando el precio cae debido a las compras- se redujo hasta el 5,418%, desde el 5,448% de la jornada anterior.
Por tanto, el responsable de que no se redujese más la brecha fue el bund alemán. Los inversores, que han vuelto a encontrar refugio en este activo, siguieron comprando deuda germana. El rendimiento de los bonos alemanas a 10 años dio otro paso atrás hasta situarse en el 1,6%, frente al 1,64% anterior, con lo que se aleja más del máximo en nueve meses marcado a finales de enero, en el 1,71%.
Pérdidas 'inesperadas'
El que también tomó un camino muy diferente en la segunda parte del día fue el principal índice bursátil español. Empezó con ánimos que a lo largo de la sesión se fueron disipando. El Ibex 35 acabó la sesión con una caída del 0,52%, hasta los 8.014,6 puntos, pese a que durante la jornada llegó a subir un 1,29%.
No pudo evitar las ventas que se implantaron en casi toda Europa, a excepción de Alemania. En contraste con los descensos de más del 1% de los indicadores de Italia, Francia y Reino Unido, el Dax 30 germano acabó en positivo, al ganar un 0,13%.
