
Si bien la bolsa está siendo el activo estrella en estos primeros compases de 2013, el fin de los superdepósitos ha complicado las opciones que tienen los inversores para obtener rentabilidades sin riesgo en el porcentaje de la cartera que aún tienen en liquidez.
Para conseguirlo bastaría con imitar los pasos dados por los inversores institucionales y éstos pasan por reconsiderar un activo que hasta ahora había dado más sustos que alegrías: la deuda española, beneficiada también por la prohibición de posicionarse bajista sobre ella. Desde septiembre, los inversores extranjeros incrementaron la presencia de deuda soberana con pasaporte español en 32.826 millones. Pero ojo, porque hay truco.
El Tesoro español ha captado sólo en enero 27.000 millones de euros, un 10% más que en el mismo mes de 2012 y las empresas privadas españolas han logrado financiación por valor de 15.200 millones de euros gracias a sus emisiones de bonos, pero hay que analizar qué tipo de renta fija se está comprando.
Según un informe de Citi, la demanda de deuda española se ha concentrado en los últimos tres meses en los plazos cortos de la curva, que son los que estarían cubiertos en caso de que España se acogiera al OMT (Outright Monetary Transactions) del BCE.
En contraste, en Italia en el mismo periodo las compras se han concentrado en los bonos a 5 y 10 años. ¿Por qué esta diferencia? "Los inversores institucionales tienen claro que el mercado italiano es enorme, por lo que cuenta con un plus de respaldo, además de no tener un déficit abultado, pero España se ve obligada a emitir en plazos cortos para que el BCE siga siendo el garante del sistema", asegura un experto.
A este respecto conviene recordar que el programa ilimitado de compra de bonos del BCE sólo afecta a deuda con plazos inferiores a los tres años. Quizá por ello, la demanda de títulos a tres y seis meses ha sido la que más ha superado la oferta. Es decir, se confía en España, pero sólo porque el BCE actúa como aval.
Las razones ocultas
En esta fiebre compradora también influye la necesidad de encontrar activos que ofrezcan cupones. "Ha aumentado el interés por un activo que ofrezca cupón y está habiendo flujos masivos en este tipo de activos y teniendo en cuenta que el año pasado los bonos irlandeses fueron los que mejor se comportaron, la gente cree que ahora le toca el turno a España y Portugal", afirma Juan Ramón Caridad, Director de Master de Finanzas e Inversiones Alternativas FIA. Además, cuando un mercado es castigado surgen oportunidades, que a veces no se pueden aprovechar. Sobre todo si te llamas gestora de fondos.
Los gestores cuentan con un presupuesto de riesgo que establece un nivel de volatilidad máximo que se puede asumir. El miedo en el mercado de bonos el año pasado disparó tanto la volatilidad, que obligó a los gestores a quedarse al margen del mercado, pero la cierta tranquilidad de la que se disfruta desde agosto ha dotado de mayor flexibilidad a las gestoras. "Ahora pueden asumir riesgo y donde lo asumen es en carry; y en gobiernos seguros, core, no hay nada, en renta fija privada ya no hay recorrido y en renta fija emergente no hay liquidez, por lo que concentran sus miras en deuda periférica", afirma Caridad.
No obstante, hay que tener cuidado porque en esos presupuestos de riesgo también se incluye un apartado de rentabilidad objetivo y si los objetivos de rentabilidad se cumplen demasiado pronto, se empezarán a recoger beneficios, por lo que podríamos asistir a una sobreventa de este tipo de activos. Esta sobreventa que llevaría acarreada un aumento de las rentabilidades exigidas por los inversores, mayores problemas de financiación para España, y, al final, el regreso del fantasma del rescate.