Dos años en uno. Con sus dos versiones. Una pesimista, ya que en todo 2012 los inversores extranjeros redujeron su tenencia de deuda pública española en casi 57.000 millones de euros, la fuga más abultada de la historia y el primer descenso anual desde 2007. Y otra optimista: desde septiembre, esos mismos inversores incrementaron la presencia de deuda soberana con pasaporte español en 32.826 millones.
Esta reacción final edulcora un año en el que solo la mano visible del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, evitó lo peor. Las históricas palabras que pronunció a finales de julio, con las que se comprometió a "hacer lo que sea necesario para preservar el euro", detuvieron la sangría que estaban sufriendo los países periféricos. Hasta entonces, el dinero huía de ellos.
Y así lo confirmaban los datos correspondientes a la tenencia de deuda española por parte de los inversores extranjeros. En los ocho primeros meses de 2012, se deshicieron de 89.603 millones de euros en letras, bonos y obligaciones españoles, según los datos de la Secretaría General del Tesoro y Política Financiera y del Banco de España.
Solo la intercesión de Draghi, apuntalada posteriormente con la definición de un nuevo programa de compras de deuda pública (OMT), permitió voltear esta situación, para dar lugar al aumento de casi 33.000 millones entre septiembre y diciembre. Este regreso permite que los extranjeros permanezcan como el grupo de inversores que más deuda pública española atesora, con el 36,5% del total, aunque claramente por debajo de la proporción de finales de 2011, que llegaba al 50,5% del conjunto de la deuda.
La operación retorno de los inversores extranjeros concuerda con la relajación observada en los mercados. Justo antes del capotazo de Draghi, el rendimiento de los bonos españoles a 10 años tocó el 7,75% y la prima de riesgo, que mide la diferencia entre la rentabilidad de los bonos españoles y alemanes a 10 años, se amplió hasta los 650 puntos básicos. Seis meses después, el bono se encuentra en el 5,25% y la prima de riesgo, en los 355 puntos básicos.
Los bancos, al quite
En contraste con el descenso del peso de la deuda en la cartera de los extranjeros, los bancos españoles lo han duplicado. Los 94.378 millones de finales de 2011 se convirtieron en 196.733 millones cuando acabó 2012, y eso que en diciembre se quitaron de encima 6.851 millones. Esta evolución provoca que acumulen el 31,1% de toda la deuda en circulación, frente al 16,9% de 2011.