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El miedo se cierne sobre los parqués españoles. La dependencia de la economía del sector inmobiliario y la actual crisis crediticia no han pasado desapercibidos por las firmas de inversión, que han recortado con fuerza sus previsiones sobre los resultados de las empresas españolas.
De hecho, el consenso de mercado que recoge FactSet calcula que el beneficio por acción (conocido con las siglas BPA) de las compañías del Ibex 35 (IBEX.MC) podría crecer un 10,2 por ciento este ejercicio, frente al 15,7 por ciento que esperaba antes del estallido de la crisis crediticia en junio de 2007.
Esto supone un recorte del 35 por ciento en tan sólo nueve meses, el más alto entre los principales índices mundiales.
Y es que los expertos aseguran que la alta vinculación de las empresas al ciclo económico pasará factura a sus resultados en los próximos años.
Sobre todo porque se estima que el país crecerá por debajo del 2,5 por ciento este ejercicio, frente al 3,8 por ciento de 2007. Este recorte también se puede observar en Europa, donde la Comisión Europea ha revisado sus previsiones de crecimiento 2008 para la Eurozona a la baja, hasta el 1,8 por ciento, y el BCE hizo lo propio, hasta el 1,7 por ciento.
"Estas nuevas proyecciones, revisadas en cuatro y tres décimas, respectivamente, se corresponderían con un entorno de crecimiento de beneficio menos benigno del descontado por el consenso para este año (alrededor del 10 por ciento).
Deberíamos seguir viendo revisiones a la baja de los beneficios en Europa, hasta alcanzar niveles más coherentes con el ritmo previsto en la actividad económica", dicen los gestores de Ahorro Corporación.
Rebaja de las estimaciones de beneficio
Por ahora, los analistas han bajado sus estimaciones de beneficio para el Euro Stoxx 50 (SX5E.ST) un 5,22 por ciento en los últimos nueve meses, hasta el 9,8 por ciento que calculan para este ejercicio.
Un poco más cautos se han mostrado con el índice estadounidense S&P 500 (SP500.CH), donde el recorte ha superado el 9 por ciento, hasta estimar un aumento del BPA del 11,3 por ciento en 2008.
A pesar de toda esta desaceleración, los expertos apuntan que el incremento de los resultados debería seguir siendo positivo en Europa, en general, pero particularmente en España, ya que un crecimiento de la economía por encima del 1,5 por ciento se corresponde históricamente con un aumento en las cuentas empresariales. "La clave en cualquier caso vuelve a estar en el PIB: con crecimientos superiores al 1,5 por ciento (como los que actualmente sigue apuntando la mayoría de organismos) los beneficios de las grandes empresas españolas crecen.
En este contexto cabría esperar una recuperación de las bolsas en el conjunto de 2008, al no confirmarse el escenario de recortes de resultados que parece implícito en los ratios bursátiles actuales", comenta Ofelia Marín-Lozano, directora de análisis de Banca March.
¿Por qué España?
Sin embargo, los analistas aseguran que el recorte ha sido más severo en España por la menor competitividad de las empresas del país en un contexto de desaceleración económica y de extrema fortaleza del euro, que acaricia los 1,60 dólares, lo que supone una apreciación del 8,5 por ciento en lo que va de año.
Exposición al ciclo inmobiliario
Además, no hay que olvidar la elevada dependencia de la economía española del sector inmobiliario, que está sufriendo un duro frenazo en los últimos meses.
"El motivo de por qué España puede ver recortadas sus previsiones con más fuerza es debido la exposición de muchas de las empresas al ciclo inmobiliario, al consumo o a otros factores, como el hecho de que España, en términos relativos, va a crecer menos que el resto de socios de la Eurozona", dice Alberto Roldán, director de análisis de Inverseguros.
En esta misma línea se posiciona Juan José Fernández-Figares, de Link Securities, que afirma que es normal que las revisiones a la baja sean superiores en España, dado el modelo de crecimiento que ha tenido el país en los últimos años, basado, en su mayoría, en el consumo privado y en la construcción, especialmente la residencial.
"La fuerte crisis por la que atraviesa este sector ya está derivando en incrementos del desempleo. Terminará afectando al consumo privado y, por lo tanto, a muchos otros sectores de actividad. Va a tener a medio plazo un fuerte impacto en el crecimiento económico y a su vez en los resultados empresariales.
Otros países de Europa tienen más industria y son más competitivos al operar en sectores más productivos que la construcción o el turismo", explica Figares.
Ante este panorama, las firmas de inversión mantienen su preocupación sobre España, puesto que consideran que por ahora no se vislumbran otros sectores de actividad que puedan sustituir a la construcción para mantener las tasas de crecimientos de los últimos años.
Hay que tener en cuenta que la construcción aportó más de un 8 por ciento al PIB español el ejercicio pasado y en años anteriores llegó incluso a superar la barrera del 10 por ciento.