
La bolsa de Nueva York ha perdido en la recta final todo el terreno que había ganado durante la jornada y el Dow Jones ha cerrado la sesión con un descenso del 0,13%. Ese índice ha restado 17,31 puntos para acabar en 13.579,62 unidades, mientras que en toda la semana se ha dejado un 0,1%. Por su parte, el selectivo S&P 500 ha bajado un leve 0,01%, mientras que el tecnológico Nasdaq ha avanzado un 0,13%.
En una jornada en la que no se conocieron datos económicos de relevancia, el ánimo comprador se instaló desde el arranque de la sesión tras las informaciones publicadas en la prensa que apuntan a que España negocia con Bruselas las condiciones de la ayuda financiera.
Los inversores también celebraban la llegada del nuevo iPhone 5 a las tiendas en Estados Unidos con subidas del gigante Apple, que terminó la jornada con un avance del 0,2% hasta 700,09 dólares la acción, por encima de la barrera de los 700 dólares.
Al cierre, la mayoría de sectores del parqué neoyorquino quedaron en positivo, como el energético (0,32%) o el financiero (0,11%), mientras que terminaron en números rojos el de materias primas (-0,3%) o el tecnológico (-0,02%).
Poco más de la mitad de los treinta componentes del Dow Jones cerraron con pérdidas, encabezadas por la multinacional de refrescos Coca-Cola (-1,58%), el productor de aluminio Alcoa (-1,3%), la tecnológica Cisco (-1,1%) o el grupo informático HP (-0,96%).
Más protagonistas del día
Al otro lado de la tabla lideró los avances la cadena de restaurantes de comida rápida McDonald's (0,6%), por delante de General Electric (0,45%), la petrolera Exxon Mobil (0,44%) o la farmacéutica Pfizer (0,43%).
Fuera de ese índice, destacó la tecnológica Oracle, que subió el 0,65% un día después de anunciar que ganó 2.030 millones de dólares en su primer trimestre fiscal, el 11% más, unas cuentas que convencieron a los analistas.
En otros mercados, el petróleo de Texas subió a 92,89 dólares, el oro ascendió a 1.776 dólares la onza, el dólar perdía terreno ante el euro, que se cambiaba a 1,27982 dólares, y la rentabilidad de la deuda pública estadounidense a diez años subía a el 1,75%.