
Las ganancias estimadas para 2013 en el S&P 500 caen un 2% durante la temporada de resultados. Las subidas en Europa tampoco se sostienen en perspectivas más positivas para las empresas.
La herida está casi cicatrizada... aunque sólo sea desde una óptica bursátil. El parqué neoyorquino lucha por recuperar los niveles a los que cotizaba antes del colapso en su sistema financiero hace cinco años, pese a los descensos de la última jornada. Ahora bien, el fuerte avance de los principales índices de Wall Street hasta el filo de las resistencias no se sostiene en el plano empresarial, donde las perspectivas siguen sin mejorar. Tampoco son más positivas en Europa, ya que todavía priman los recortes.
Esta última temporada de resultados no ha convencido a los analistas, que no se muestran más optimistas de cara al próximo año. Desde que comenzaron las presentaciones de las cuentas empresariales, el consenso de mercado, recogido por FactSet, recorta un 2% las estimaciones de beneficio por acción (BPA) de 2013 para el conjunto del S&P 500 (SP500.CH) y un 2,7% en el caso del índice europeo Stoxx 600.
Sin este apoyo, las subidas de las últimas semanas en Wall Street, que siempre chocan con las resistencias de los máximos anuales, básicamente cuelgan de la expectativa de que la Reserva Federal (Fed) anuncie la puesta en marcha de un tercer programa de estímulos económicos (QE3, por sus siglas en inglés). De hecho, esta posibilidad cobró más fuerza el miércoles en las actas publicadas por la institución que preside Ben Bernanke. "La recuperación de los mercados norteamericanos se basa, además de por las últimas cifras macro que atisban cierta mejora para la economía, en los nuevos estímulos económicos esperados por parte de la Fed. En la medida en que así sea creo que serán sostenibles los avances hasta ahora vistos en el año", apuntan desde CMC Capital Markets.
A uno y otro lado del Atlántico, a la espera de las respectivas reuniones de la Fed y del Banco Central Europeo (BCE) durante el mes de septiembre, los mercados miran por el momento al próximo viernes. Como cada año, el última día de agosto se reunirán los mandatarios de los principales bancos centrales del mundo en Jackson Hole, la estación invernal de Wyoming, y podrían darse algunas pistas de los próximos movimientos de ambos organismos. O lo que es lo mismo, si la Fed está dispuesta a actuar el próximo mes y si el BCE concretará sus palabras en hechos. Eso sí, la historia demuestra que pocas veces se sacan claras conclusiones.
Recelo a la recuperación
Entre tanto, las cotizadas estadounidenses no se bajan del carro de las subidas y aunque el S&P 500 cedió ayer, sigue cerca de superar los 1.416 puntos, máximo anual que lo llevaría cerca de niveles de 2007. El problema es que no hay un respaldo de mejoras sobre las expectativas de estas compañías. Desde finales de junio, el 60% del S&P 500 recibe recortes por parte del consenso de analistas en las previsiones de beneficio de 2013, mientras que en sólo un 27% crecen las estimaciones.
Y es que, aunque algunos de los últimos datos de consumo privado en EEUU han sido positivos, aún quedan lastres para la recuperación como el desempleo y siguen llegando datos que provocan que en días como el de ayer, pese más la enfermedad que el remedio. Es decir, que la bolsa retroceda antes de superar niveles clave aunque espere esta nueva inyección de la Fed.
Entre otros, ayer se conoció la caída del PMI chino (indicador de gerentes de compra) estimado hasta 47,8. "El dato de agosto es el más bajo desde noviembre del año pasado", señala Miguel Paz, de Unicorp. "El mercado le da mucha importancia a este dato puesto que si China frena sus compras se empieza a descontar menor crecimiento mundial", explica el experto. Ante este escenario es lógico que los analistas aún desconfíen de una recuperación de la economía estadounidense y, por ende, de un repunte en las cuentas de las empresas, donde incluso esperan que lleguen sorpresas negativas en los próximos trimestres.
Rebajas entre los gigantes
Tampoco los gigantes de EEUU se libran de los recortes. Los resultados entre enero y junio publicados por las grandes cotizadas estadounidenses no han servido para que los analistas aumenten sus expectativas. Sólo en 9 de los 30 valores del Dow Jones se prevén ahora mayores ganancias el próximo año frente a lo que se esperaba antes de que Alcoa diera el tradicional pistoletazo de salida a las presentaciones.
Precisamente en el fabricante de aluminio es donde se produce la caída más fuerte en las previsiones de beneficio de 2013, al ser revisadas por el consenso un 19% a la baja. De poco le sirvió anunciar un beneficio por acción un 12% superior al esperado, convirtiéndose en una de las mayores sorpresas positivas del índice esta temporada. Exxon, Caterpillar y Chevron son otros de los valores del Dow Jones en los que más han retrocedido las previsiones para el próximo año desde finales de junio (ver gráfico). Entre las excepciones a estas rebajas, destacan Home Depot -valor estrella de elMonitor-, Walt Disney y Travelers. En las tres compañías, las estimaciones de beneficio se elevan entre un 1 y 1,5% en este periodo.
Más significativas son las mejoras de las grandes cotizadas que contrastan entre la oleada de recortes en Europa. El beneficio previsto para 2013 aumenta un 7% en el caso de Philips y un 4,5 en el de la cervecera Anheuser-Busch. Al mismo tiempo, los descensos también son más pronunciados que en los gigantes de EEUU. Las estimaciones sobre Nokia, por ejemplo, pasan a ser de pérdidas y para ArcelorMittal el beneficio cae un 28 por ciento.