La Cumbre Europea de Crecimiento se saldó finalmente sin la aprobación de los eurobonos y sin el apoyo necesario para que el Banco Central Europeo (BCE) retomara las compras de deuda. Sin acuerdo en las dos grandes expectativas en las que habían confiado los mercados durante la semana, la bolsa española pudo aguantar al cierre por encima de los 6.500 puntos, pero no fue capaz de controlar que la percepción del riesgo país marcara máximos históricos.
El sector bancario español estaba ayer en el punto de mira. La suspensión de cotización de Bankia a la espera del plan de reestructuración y el anuncio de que S&P recortaría el rating a varias entidades financieras del país (se confirmó con el mercado ya cerrado) movieron al Ibex 35 entre un máximo de 6.612 y un mínimo de 6.458 puntos. La gran volatilidad de la jornada se contrarrestó positivamente a última hora. El buen dato de confianza de la Universidad de Michigan -aumentó por noveno mes consecutivo al situarse en mayo en 79,3 puntos desde los 76,4 enteros que registró en el mes anterior- hizo que el selectivo español cerrara en 6.543 puntos, salvando la semana con pérdidas del 0,36 por ciento.
El valor más bajista fue Bankia, que cedió un 10,59 por ciento ante las incertiumbres de cuál sería el montante necesario para sanearse. Un interrogante que se resolvió con el mercado ya cerrado, cuando el banco precisó ayudas públicas por valor de 19.000 millones, una cifra que no incluye los 4.465 millones que recibió su matriz (BFA) en 2010 del FROB. Pero, además, Bankia y su matriz fueron dos de las entidades -junto con Bankinter, Popular y Banca Cívica- a las que la S&P degradó el rating.
El BCE no quiere ser 'bombero'
Ni siquiera la recomendación que hizo esta semana Barack Obama, concidiendo con la Cumbre Europea, sirvió para que el Banco central Europeo (BCE) se vistiera otra vez de bombero y apagara las tensiones del mercado de deuda de los países periféricos. Y no será porque el mercado no lo está reclamando. "El BCE deberá recortar sus tipos de interés en medio punto, habilitar de nuevo los programas de compra de deuda y especialmente aprobar una o dos operaciones financieras nuevas a medio plazo", dice José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.
Sin eurobonos y sin compras de deuda, la prima de riesgo -medida por la diferencia entre la rentabilidad del bono español a 10 años y la de su homólogo alemán- volvió a dispararse. El diferencial alcanzó un nuevo máximo histórico al cierre al situarse en los 494 puntos básicos, diez puntos más que el viernes anterior, después de que la rentabilidad del bono español se situara en el 6,31 por ciento y que la del alemán de igual vencimiento marcara un nuevo mínimo histórico en el 1,37 por ciento.
Este aumento en el riesgo país se produjo en una jornada en la que además de las fluctuaciones que provocaron los comentarios del primer ministro italiano, Mario Monti, a favor de la creación de los Eurobonos y de la permanencia de Grecia en el euro y las palabras del Primer Ministro belga, Elio Di Rupo, de que sería un error no elaborar un plan alternativo para prepararse para la salida de Grecia de la Eurozona, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, dijera en el extranjero que Cataluña "necesita ayuda financiera del Gobierno central porque se está quedando sin opciones para refinanciar su deuda".
El euro vuelve a mínimos históricos
La aversión al riesgo se reflejó en el euro. La divisa europea recogió la inestabilidad que desprende Grecia con mínimos desde 2010 en su cruce con el billete verde. Ayer, tras depreciarse un 0,11 por ciento, la moneda única cerró la semana con una caída del 2 por ciento hasta los 1,2522 dólares, aunque llegó a caer incluso bajo los 1,25 dólares por vez primera en 22 meses. Unos niveles que desde Citi aseguran que pueden perderse. "Si se aplazan las decisiones en el terreno político, los 1,2373 dólares pueden ser viables a corto plazo. Pero cualquier noticia positiva, y no las descarto, podría enviarlo a los 1,3089 dólares", dice Campuzano.
La caída del euro también vino acompañada esta semana, aunque en menor medida, de pérdidas en las materias primas. El precio de la onza de oro alcanzó los 1.572 dólares (un 1 por ciento menos que el viernes anterior), mientras que el barril Brent -de referencia en Europa- se situó en los 106,9 dólares, frente a los 107,1 dólares de la semana pasada.