Ni una, ni dos, ni tres. Cinco son las citas claves a las que se enfrentan los mercados en menos de una semana. La principal, o al menos la madre del cordero de esta sucesión de cumbres es la que se celebra este domingo en Bruselas. Sobre la mesa, tres aspectos clave: la recapitalización de la banca, la ampliación del Fondo de Rescate y la reestructuración de la deuda, en principio sólo griega.
La próxima semana se antoja, por tanto, movidita. Igual que la que despedimos. Es cierto que ayer el Ibex 35 se anotó un alza del 2,84 por ciento hasta los 8.853 puntos, pero salda la semana en negativo (-1,3 por ciento). Las causas de la volatilidad que ha registrado el índice español, y el resto de indicadores europeos no se pueden contar con los dedos de una mano. Ni de dos. Diferencia de opiniones en cuanto a los acuerdos que se deben alcanzar para solucionar esta crisis que va camino de cumplir dos años, rumores que han ido surgiendo en torno a ellos (que el Fondo de Rescate se apalancaría hasta los 2 billones, que Alemania quería aplazar la Cumbre, que se estaba planteando una quita del 20 por ciento de la deuda española... ) o la presencia de las agencias de rating, con sus rebajas a España (bancos y comunidades incluidas) y a los bancos italianos o sus amenazas a Francia, son sólo algunas de las causas.
Los inversores se han encontrado de nuevo con la tensión. Y las mayores emociones se han vivido a final de la semana. De hecho, el comportamiento que ha tenido el mercado en estas dos últimas jornadas avala la teoría de que éste no hace más que dejarse llevar por el sentimiento de los que operan en él. Un sentimiento que quizá pecó de pesimista el jueves, cuando los índices cayeron cerca del 3 por ciento ante la sensación de que la Cumbre no iba a solucionar nada, pero puede que también de optimismo el viernes, cuando se emborrachó, con ganancias del 3 por ciento, ante la renovada sensación de que la fiesta europea sí tendrá un happy ending.
El problema es que puede que esta borrachera acabe pasando factura y que el lunes los índices amanezcan con la resaca pertinente. No en vano, no está muy claro qué es lo que demanda el mercado, aunque sí que estará atento sobre todo a la letra pequeña del acuerdo que se cueza en Bruselas este fin de semana. "No necesitamos ver una reestructuración de la deuda griega sino una recapitalización de la banca y un cierto apalancamiento del Fondo de Rescate Europeo (EFSF)", afirma Stephen Walsh, consejero de la gestora Western Asset. "Lo realmente relevante en la cumbre del día 23 y a lo que debemos estar atentos es por lo tanto el tamaño del EFSF, en función de cuyo apalancamiento podremos cifrar el éxito o no del encuentro, determinante más que nunca para España y nuestros dos grandes bancos, BBVA y Santander", afirma el analista Javier Flores.
Pero no sólo los analistas discrepan a la hora de definir qué ha de pasar este fin de semana para que los mercados se relajen. También los propios políticos muestran divergencias en cuanto a cómo mantener la estabilidad en la eurozona. Sobre todo entre Francia y Alemania. La segunda es la que presenta una mayor oposición al apalancamiento del fondo y aboga porque éste tenga más un estatus de asegurador y porque el BCE se mantenga al margen; y la primera prefiere dotar al Fondo del estatus de banco para que pueda obtener financiación del BCE.
Nuevos sustos para los bonos
Y, ¿qué han hecho en este contexto los inversores de renta fija? Vender bonos periféricos. Tanto que las rentabilidades de la deuda pública a diez años de España e Italia han vuelto a situarse esta semana en los niveles previos al programa de compras de deuda periferia que reanudó el BCE a principios del mes de agosto. Sin embargo, la euforia de ayer permitió que el bono italiano volviera a cotizar por debajo del 6 por ciento y que la deuda española lo hiciera por debajo del 5,5 por ciento.
El mercado que sí ha disfrutado de un cierto relax ha sido el de seguros contra el riesgo de impago (CDS). El acuerdo alcanzado por la UE para prohibir comprar CDS de periféricos a quien no tenga deuda de estos países se ha traducido en una caída de los seguros de impago en todos estos países. El de España ha pasado, por ejemplo, de los 414 a los 370 puntos básicos esta semana.