ISLAMABAD (Reuters) - El asesinato de Benazir Bhutto ha puesto en duda si Pakistán puede celebrar dentro de diez días unas elecciones que iban a completar la transición hacia un gobierno civil en este aliado estadounidense con capacidad nuclear.
Estados Unidos y otros aliados occidentales han exhortado al presidente Pervez Musharraf a que siga adelante con los comicios, que se esperaba que trajeran estabilidad a un país que sale de ocho años de administración militar, mientras afronta la creciente violencia de los integrista vinculada con Al Qaeda.
Bhutto esperaba ganar las elecciones del 8 de enero, aunque la mayoría de los analistas creían que habría división en los tres frentes formados por ella, el ex primer ministro Nawaz Sharif y el partido al que apoya el presidente Pervez Musharraf.
"La consulta es un proceso político que es muy necesario en una situación como ésta", dijo el ministro de Información, Nisar Memon. "Hay una situación muy grave a causa del asesinato", añadió.
"Es muy, muy difícil celebrar elecciones a menos que se calmen los ánimos y eso no es posible en un período de tiempo tan corto", dijo el general retirado y analista político Talat Masud.
"Creo que la situación en el país es muy crítica, especialmente en la provincia de Sindh", dijo Rehman a Reuters. "No sé cómo puede el Gobierno garantizar la seguridad a la gente que vaya a votar".
"Hemos visto escenas de personas saqueando. Hay mucha tensión en la calle, ¿cómo van a controlar los centros electorales?", dijo a la
Horas después de la muerte de Bhutto, Sharif, a quien Musharraf depuso en un golpe de Estado en 1999, dijo que su partido no participaría.
Un boicot de los dos principales partidos de la oposición haría que la votación fuera irrelevante.