
Al final sí que hubo estrépito. Aunque S&P no esperaba que las bolsas reaccionasen mal a su decisión de recortar el rating de la deuda estadounidense, lo cierto es que sí lo hicieron. Y mucho. Wall Street registró ayer unos pronunciados descensos sumido en el temor de una nueva recesión. Los inversores prefieren liquidez.
La virulencia del mercado no atiende a razones. El Dow Jones cayó un 5,55%, el S&P un 6,66% y el Nasdaq un 6,11%. En el Dow Jones no se veía esta corrección desde el 1 de noviembre de 2008. Y es que ha habido valores como Bank of America que han caído más de un 20%, seguido en este caso de Alcoa. La acerera se ha anotado una corrección de más del 11%.
Una situación que Alain Galibert, consejero delegado de Ágora Asesores Financieros califica de "irracional" argumentando que "no responde a explicaciones racionales, los inversores están dejando a un lado las valoraciones, datos macroeconómicos...".
Ni las palabras de Obama dieron un ápice de confianza a los mercados. La volatilidad fue la nota predominante en la sesión. El VIX llegó a subir más de un 37% y se sitúo en los 44 puntos, aunque llegó a rebasar los 46 puntos, cifra que no se veía desde junio de 2010.
Wall Street pesa más que el BCE
Mientras, en Europa, ni la actuación del BCE en la compra de bonos de España e Italia alivió a la renta variable. Ya que con la llegada de Wall Street, los índices sucumbieron al pesimismo de los inversores americanos.
También una alta volatilidad fue la protagonista. La intervención del BCE en el mercado de bonos provocó subidas por la mañana de más de un 4% en el caso del Ibex que terminó cediendo un 2,44% y también en el EuroStoxx que comenzó con alzas de más de un 2% y cerró por debajo de su soporte.
A la espera de la Fed
Hoy la agenda macroeconómica estará centrada en la reunión de la Reserva Federal. Pero más que la decisión que anuncie sobre los tipos de interés, que se espera que se mantengan en el 0,25%, el mercado estará atento a otras pistas que pueda ofrecer la institución monetaria, después de que los malos datos macros presagien una nueva recesión.
El informe se leerá con lupa ante la posibilidad de que pueda visulmbrar un nuevo programa de activación económica. ¿Un nuevo QE3 a la vista?
También se conocerán los costes laborales unitarios y la productividad no agrícola, y en la zona euro no habrá datos importantes a seguir.