
El mes de mayo ha llegado con una importante corrección bursátil bajo el brazo, un giro al que han contribuido los directivos de las grandes compañías, que han optado por desinvertir en grandes cantidades. Una señal bajista que, sin embargo, deja en los últimos días un hueco para la esperanza: el ritmo de sus ventas se ha reducido casi a la mitad.
El comportamiento reciente de los insiders, considerado como un indicador adelantado de la evolución del mercado, refleja la preocupación por la incertidumbre en la zona euro y también sobre el crecimiento de EEUU. Con este panorama, la presión sobre la tendencia alcista es creciente y podría terminar como el peor mes para la renta variable estadounidense desde agosto del año pasado.
Pero arroja también un rayo de luz, según asegura el columnista de MarketWatch Mark Hulbert. "Los insiders están vendiendo más acciones de las que compran, pero el escenario que se extrae no es rotundamente bajista", afirma.
Más confianza que preocupación
Aunque lógicamente no se mueven todos en la misma dirección, en conjunto los ejecutivos parecen estar "más confiados que preocupados" sobre la marcha de sus compañías de lo que lo estaban días atrás.
De acuerdo con los datos de la newsletter semanal Vickers Weekly Insider Report, publicada por Argus Research, el ratio de títulos vendidos sobre los adquiridos a principios de mes era de 5,64 a 1, es decir, vender casi seis acciones por cada una comprada.
Pero la proporción ha descendido significativamente y, en su último boletín, el ratio era de 3,28 a 1, lo que Hulbert califica de "tendencia esperanzadora".
La interpretación optimista cuenta con otro argumento, añade, ya que se interpreta como importante señal bajista que los insiders vendan durante una corrección. Así, los directivos siguen recogiendo beneficios, pero el hecho de que estén aminorando el ritmo tiene una lectura positiva.