MADRID (Reuters) - Tras un intenso debate, el pleno del Congreso de los Diputados aprobó el miércoles el dictamen de la conocida como Ley de la Memoria Histórica, que llegará al Senado cerca de un año después de su aceptación a trámite.
La ley salió del Congreso con un cambio de última hora. PSOE y CiU pactaron una enmienda por la que la Iglesia podrá conservar los símbolos franquistas en sus edificios sin violar la ley si concurren razones "artístico-religiosas". En el último momento, el PNV y Coalición Canaria han decidido firmar también la transaccional.
Además, agradeció a los parlamentarios su esfuerzo dialogante en la búsqueda de posiciones comunes, y quiso resaltar la amplia mayoría alcanzada respecto a la despolitización del Valle de los Caídos, que también incluyó al PP, para evitar la "exaltación de valores antidemocráticos".
"A los votantes se les intenta forzar a votar qué españoles fueron buenos, y cuáles malos. Caen ustedes en el mismo error", afirmó.
Para IU-ICV estas condiciones fueron suficientes. Su diputado Joan Herrera aseguró que hace posible pasar, de forma legal, de la equidistancia a la condena del franquismo puesto que "rechaza el relativismo que dibuja el franquismo como una dictablanda".
En el debate hubo ocasión también para criticar a la Iglesia y la forma en la que se había llevado a cabo la reciente beatificación de 498 religiosos españoles asesinados por los republicanos, homenaje calificado por muchos sectores de oportunismo político.
De esta manera, la Ley de la Memoria Histórica será ahora remitida al Senado para su debate y votación, y posteriormente volverá a la Cámara Baja, donde se votará de forma definitiva.