PARÍS (Reuters) - Los franceses volvía a tener problemas para ir al trabajo el viernes al extender un día más algunos sindicatos la huelga de transportes en protesta por el plan del presidente Nicolas Sarkozy de acabar con sus privilegios en las pensiones.
La red de Cercanías de París sí estaba muy afectada, aunque la mitad de la red de metro funcionaba. En algunas estaciones hubo algunos incidentes, ante los empujones y riñas de los ciudadanos para poder subir y bajar de los atestados vagones, según un periodista de Reuters.
Sin embargo, el viernes aparecían las primeras divisiones, lo que llevó a Bernard Thibault, líder del principal sindicato, la CGT, a hacer un llamamiento para la unidad.
El portavoz de Sarkozy admitió la fuerte participación del primer día, pero dijo que el Ejecutivo no se echará atrás.
El ministro de Trabajo, Xavier Bertrand, dijo a la emisora RTL que la semana que viene se reunirá con los principales sindicatos.
Los fondos especiales se aplicaron tras la Segunda Guerra Mundial, principalmente para trabajadores de empleos de exigencias físicas, pero están provocando déficits que costarán al contribuyente una cifra estimada en 5.000 millones de euros este año.
/Por Jon Boyle/
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