
Imagínese que usted va al concesionario porque quiere comprarse el coche que acaba de llegar al mercado. Mientras le cuentan las maravillas de esa nueva joyita, el vendedor le comenta que el precio del vehículo que usted adquirirá estará comprendido entre los 24.000 y los 32.400 euros, sin que haya ningún extra entre una u otra valoración.
Con el agravante de que hasta que no dé la orden de compra a su entidad no conocerá el precio definitivo de este nuevo artículo. ¿Se imagina que esto ocurriese en la vida real? ¿No? Pues, por insólito que parezca esto ocurre en las salidas a bolsa en España.
En los folletos de colocación, las empresas que van a dar su salto al parqué establecen una horquilla de precios en la que valoran su negocio. De media en los últimos catorce estrenos, entre el máximo y el mínimo precio de las acciones había un margen del 22%. En algunos casos estas bandas de valoración son muy amplias y puede existir una diferencia superior al 35%. De hecho, los dos últimos estrenos, Solaria (SLR.MC) y la nueva incorporación, Criteria, se sitúan en este rango.
Desde el año pasado, la empresa que ha fijado la horquilla de precios más pequeña ha sido Técnicas Reunidas <:TEC.MC:>, que debutó el 21 de junio de 2006. En un primer momento, esta empresa de ingeniería estableció una valoración para sus títulos entre los 20 y los 25 euros. Pero ante la escasa demanda de acciones decidió establecer el precio de las acciones entre los 17 y los 19 euros.
Con diferencias
Sin embargo, y volviendo al ejemplo anterior, imagínese que a usted como inversor particular le ponen la traba del precio antes comentada, pero a su vecino, más conocido como banco de inversión, no. ¿Qué le parece? Pues esto también ocurre en el mercado español, ya que los inversores institucionales pueden realizar órdenes a un precio prefijado y en el caso de que la compañía no se coloque en esa valoración, el mandato se anularía.
Estas órdenes condicionadas provocan, en un algunos casos, que si la empresa hace caso omiso a las órdenes, el tramo institucional no se cubra y exista un exceso de acciones para el minorista. Sin embargo, lo normal es que la compañía que quiere debutar siga de cerca el mercado gris -un mercado extraoficial en el que los intermediarios bursátiles negocian entre sí la compraventa de los títulos antes de que éste empiece a cotizar en un mercado organizado-.
Un claro ejemplo es Realia (RLIA.MC) , que ante las órdenes condicionadas de los institucionales, se vio obligada a bajar el precio de estreno hasta los 6,5 euros, frente a la banda de precios fijada entre los 7,9 y 9,7 euros.
Ante esta situación, usted es el que tiene la última palabra para adquirir el último modelo del mercado, llamado Criteria.