RANGUN (Reuters) - El misterio rodeaba el lunes el paradero del enviado de Naciones Unidas Ibrahim Gambari tras viajar a la nueva capital de Myanmar para persuadir a la junta militar de poner fin a la represión de las mayores protestas pro-democracia en 20 años.
"El busca reunirse con el Alto General Than Shwe y otros interlocutores importantes antes del fin de su misión", informó la ONU en un comunicado.
No se dieron razones para la elección del destino, aunque un diplomático, que tiene su base en Bangkok, dijo que un pequeño grupo de académicos europeos estaba en la capital, Naypyidaw, a 385 kilómetros al norte de Rangún, e irían a Lashio el martes.
El retraso no es un buen augurio para la misión de Gambari, organizada rápidamente la semana pasada cuando la junta envió a soldados a reprimir más de una semana de protestas masivas, lideradas por monjes, contra décadas de Gobierno militar y la creciente pobreza en Myanmar.
"MINIMALISTA"
Gambari retornó a Rangún para una entrevista de una hora con la líder de la oposición e ícono democrático Aung San Suu Kyi, quien ha estado incomunicada bajo arresto domiciliario por casi 12 de los últimos 18 años.
Los soldados revisaban bolsos y carteras en busca de cámaras fotográficas y el país seguía sin conexión a Internet, a través de la cual se conocieron miles de imágenes de la violencia contra los manifestantes.