YANGÓN (Reuters) - El enviado de las Naciones Unidas Ibrahim Gambari llegó el sábado a Myanmar con la intención de persuadir a sus gobernantes a que usen el diálogo en lugar de las armas para terminar con las masivas protestas contra la Junta militar.
"Es la mejor esperanza que tenemos. Ambas partes confían en él", declaró el ministro de Exteriores de Singapur, George Yeo. "Si él fracasa, entonces la situación se vuelve muy terrorífica", agregó.
"Espero una visita muy fructífera, para así poder informar de avances en todos los frentes", dijo Gambari, según lo citó el canal de televisión Channel News Asia.
Hasta ahora, la Junta parece haber ignorado el clamor internacional por un fin pacífico a las manifestaciones lideradas por monjes budistas, que comenzaron con pequeñas protestas contra el alza de los precios del combustible en agosto.
En un incidente registrado el sábado, la policía realizó disparos de advertencia para dispersar a 100 jóvenes que gritaban diversas consignas y llevaban banderas de un color rojo brillante.
"La paz y la estabilidad han sido restauradas", declararon el sábado los periódicos estatales, después de que las fuerzas de seguridad trataron a los manifestantes "con cuidado, usando la menor fuerza posible", agregaron.
Muchos monjes jóvenes estaban evitando ser arrestados, despojándose de sus hábitos granates y refugiándose en casas, pretendiendo ser laicos.
/Por Aung Hla Tun/.*.