Bolsa, mercados y cotizaciones

Invertir en renta fija: la 'caja fuerte' aún no es del todo segura

Si la situación empeora, los inversores se lanzarán a por bonos. Ilustración: Turcios
Cuando no son cuatro gotas, sino una tormenta en toda regla, la respuesta es buscar cobijo. Unos abren el paraguas, otros se resguardan en el primer portal que ven y también los hay que se cubren la cabeza con el maletín -o lo que sea- que lleven en la mano. Protegerse, he ahí la cuestión. En la vida real, pero también en la financiera, es decir, a la hora de invertir.

Basta con ver la reacción de los inversores en medio de la inestabilidad que están sufriendo los mercados desde que, a mediados de julio, el problema de las hipotecas basura o alto riesgo en EEUU adquirió el rango de crisis. Ante los nubarrones que se atisbaban en el horizonte, en las plazas financieras se produjo lo que los expertos denominan como "huida hacia la calidad". Esto es, un éxodo hacia los activos más seguros.

Y esa etiqueta cuelga de la renta fija, las cajas fuertes del universo financiero. Poseen esta característica porque son productos que cuentan con una rentabilidad que se conoce de antemano. Además, esa apariencia de seguridad se refuerza si se trata de deuda pública, es decir, de títulos emitidos por un Estado.

Los preferidos por los inversores

De ahí que ésta haya sido la opción preferida por los inversores, una reacción que ha provocado un recorte de las rentabilidades que ofrecen estos productos, ya que el rendimiento de los bonos cae cuando su precio sube con motivo de las compras. Y éstas han sido realmente acusadas en los dos últimos meses y medio.

Como consecuencia, la rentabilidad de los títulos norteamericanos a dos años ha pasado del 5,02% al 4,55%, mientras que la de los bonos a diez años ha descendido del 4,87% al 3,92%. A este lado del Atlántico el movimiento ha sido similar. En el caso español, el rendimiento de las letras a doce meses ha bajado del 4,43% al 4,04%; y el de los bonos a diez años, del 4,69% al 4,46%.

Estas cifras reflejan que con los títulos españoles aún se pueden encontrar rentabilidades superiores al 4%. Por tanto, y teniendo en cuenta que la incertidumbre no ha desaparecido de los mercados y que los rendimientos pueden seguir cayendo si hay más compras, y si los bancos centrales rebajan los tipos de interés, ¿ha llegado el momento de apostar más decididamente por la deuda pública? A lo mejor sí... pero puede que no.

Disparidad

La situación actual resulta tan incierta que los expertos están totalmente divididos al respecto. "La crisis de confianza derivada de las turbulencias en el mercado de crédito nos invita a comprar el activo refugio por excelencia, la renta fija pública", sostiene María Antonia Muñoz, analista de renta fija de Inversis Banco.

"Es momento de incrementar la diversificación. Recomendaría aumentar el peso en deuda pública a los inversores que tengan poca renta fija en sus carteras", afirma Carmen Lumbreras, responsable de renta fija de Morgan Stanley Gestión.

Pero la opinión no es unánime. "Creemos que las actuales rentabilidades de la deuda pública no son atractivas", argumenta por su parte Virginia Romero, experta en renta fija de Ahorro Corporación. "No incrementaríamos el peso de la deuda pública. Los bonos están bien valorados y estaríamos neutrales", señala José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.

"Nosotros mantenemos una posición negativa respecto a la renta fija en general", reconoce David Burns, director general de Schroders en España.

¿Por qué desconfían?

Estos recelos responden a dos factores: las rentabilidades, que son menos atractivas que las de hace tres meses y poco más altas que las de los productos totalmente libres de riesgo, como los depósitos; y la posibilidad de que el panorama se despeje y las compras den paso a las ventas. En ese caso, los precios de la deuda caerían, y con ello el riesgo de sufrir pérdidas.

Eso sí, si las condiciones de mercado empeoran, la renta fija, incluidos los títulos a largo plazo, brillará por su carácter defensivo. "El momento de los bonos sólo llegaría ahora en dos situaciones: que la economía entrara en recesión y que hubiera una fuerte inestabilidad de los mercados, con las bolsas a la baja", indica José Luis Martínez, estratega en España de Citi. Stefan Isaacs, gestor de bonos corporativos de M&G, también aconseja no olvidarse de la renta fija si la situación económica empeora.

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