
Los CDS suben de media un 33% desde que estalló la revolución tunecina. El seguro contra la quiebra se dispara en Arabia Saudí, Marruecos y Líbano.
"No se sabe si lo que está pasando en los países árabes se parece más a otra caída del Muro de Berlín o es una revolución de los Ayatolás". Este comentario ha sido uno de los más repetidos en los últimos días en Twitter.
Y no es para menos si se tiene en cuenta que no son pocas las revoluciones que se han llevado a cabo para poner fin a dictaduras y han terminado convirtiéndose en otras (es el caso de la Cuba de Castro o la Irán de Jomeini).
De momento, lo que está claro es que las revoluciones iniciadas en Túnez y Egipto no han hecho sino aumentar la incertidumbre en torno no sólo a estos países, sino a todos los de Oriente Medio y norte de África. Y la evolución de los riesgos de impago en estas economías es sólo una prueba.
El temido efecto contagio
Desde el 14 de enero, cuando comenzó la tunecina Revolución de los jazmines, el riesgo de impago de los países de Oriente Medio que facilitan los datos de sus seguros contra el impago, se ha disparado un 33% de media, según los datos de Bloomberg.
Conviene destacar el caso, no ya de Egipto o Túnez, sino de Arabia Saudí, cuyo seguro ha pasado de los 74 a los 119 puntos básicos, lo que supone un incremento del 60%, frente al 57% que han experimentado los seguros contra el riesgo de impago egipcio.
Un dato que es especialmente importante si se tiene en cuenta que la propagación de la revolución a Arabia Saudí, que tiene instaurada una monarquía absolutista desde hace treinta años y que es el primer productor mundial de petróleo, es de los daños colaterales que más preocupan a los analistas. "Si se extiende la revolución a Arabia Saudí sí sería un gran problema para el mercado", afirma Bill O´Grady, de Confluence Investment.
También se han visto importantes subidas en los seguros de Marruecos, en el que los analistas políticos tampoco descartan que exporten la revolución egipcia. Concretamente su CDS se ha disparado desde los 144 puntos básicos a los 213, cerca de los 229 de España.
De hecho, el propio primo del rey Mohammed VI, Mulay Hicham, declaró en una entrevista a El País que Marruecos no se salvará de los disturbios. Incluso Turquía está notando el efecto contagio, ya que ayer colocó letras a 24 meses con una rentabilidad del 8,10% frente al 6,98% de su subasta anterior del 10 de enero.
De momento, lo que es seguro que no se está salvando de esta incertidumbre es el mercado de acciones. En la última semana todos los índices de Oriente Medio, con la excepción del de Bahrein, acumulan caídas de entre el 1 y el 5%.
En el caso de Egipto, cuyo mercado permanece cerrado desde el 28 de enero, el retroceso que acumula en el año es ya del 20% mientras que el índice de Túnez, Tunisia Index, que volvió a abrir sus puertas el lunes tras dos semanas cerrado, acumula sólo en las dos últimas sesiones caídas del 5,07%. Y las que quedan.
Los emergentes, tocados
"Si la situación va a peor se seguirán viendo fuertes ventas a corto plazo", afirman en Saxo Bank. Pero no sólo en los índices de los países islámicos. También en otros mercados emergentes. Y es que si bien Egipto tan sólo representa un 0,5% en el índice MSCI Global Emerging, las economías emergentes se enfrentan a varios riesgos relacionados con su situación.
"Los principales son que la revolución se extienda a otros regímenes de Oriente Medio, que esto termine por suponer una amenaza para la seguridad de Israel y que se retraiga la oferta de petróleo, lo que impulsaría su precio y supondría una amenaza para la recuperación económica", afirman en Citi. Una recuperación que tiene precisamente en los países emergentes a sus grandes locomotoras - se calcula que el 50% del crecimiento mundial vendrá de tan sólo diez de estas economías-.
Y es que no hay que olvidar que un aumento brusco de los precios del petróleo, unido al que ya están sufriendo los precios de los alimentos, tiene una especial incidencia en las tasas de inflación. Y es el incremento de estos precios el caballo de batalla que están librando países como China o India y Brasil a través de subidas de tipos que no hacen sino reducir sus perspectivas de crecimiento.
"Los riesgos políticos de Egipto suponen otro quebradero de cabeza para los mercados emergentes, y lo normal es que los inversores a nivel global busquen seguridad en los mercados desarrollados a corto plazo", aseguran desde Citi.
Dicho y hecho. Mientras los mercados europeo y americano conquistan nuevos máximos anuales (ver página 33), los emergentes acumulan pérdidas en 2011. Y otro dato importante. Los fondos de bolsa emergentes cerraron la semana pasada con salidas de dinero por primera vez en 34 semanas, según Citi.