MADRID (Reuters) - Dos guardias civiles resultaron levemente heridos en la madrugada del viernes tras la explosión de una furgoneta bomba con entre 80 y 100 kilos de explosivos cerca del cuartel en la localidad vizcaína de Durango, en el que las autoridades consideran el primer atentado de ETA desde que anunció el fin del alto el fuego.
"Podría haber sido una autentica carnicería", dijo a los periodistas en el lugar de los hechos el director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida.
"Hemos oído una gran explosión, nos hemos levantado de la cama asustadísimos, hemos bajado a la calle, yo en bata, y hemos visto lo que había pasado, había reventado un coche al lado del cuartel de la guardia civil", dijo un vecino en declaraciones a RNE.
Nadie se atribuyó inmediatamente la responsabilidad de las explosiones, pero las fuerzas de seguridad y los responsables políticos dieron por hecho inmediatamente la autoría de ETA.
POSIBLE INFRAESTRUCTURA EN PORTUGAL
Un segundo vehículo, que las fuerzas de seguridad creen que fue utilizado por los autores del atentado para huir y que disponía de unas matrículas portuguesas, explotó en el pueblo de Amorebieta casi una hora después.
Las declaraciones de condena se sucedieron tras el atentado, entre ellas la del Gobierno vasco, que dijo que el ataque evidenciaba "el fracaso de quienes en el mundo de Batasuna (...) demuestran con su silencio cobarde y cómplice su absoluta sumisión a los planteamientos y dictados irracionales de ETA".
"Lejos de amedrentarnos, aumenta nuestra determinación y firmeza para acabar con la banda terrorista", añadió en el comunicado.
/Por Blanca Rodríguez y Andrew Hay/