
La divisa china enlaza su tercera sesión consecutiva al alza y escala hasta los 6,762 yuanes por dólar, su cambio más alto desde mediados de los 90. El yuan alcanza máximos contra el dólar: la presión de EEUU surte efecto.
En la madrugada del viernes al sábado, China envió una nueva remesa de datos económicos esperanzadores. Por un lado, las ventas al por menor crecieron en agosto más de lo previsto. Por otro, la producción industrial también se comportó mejor de lo esperado durante el pasado mes.
Estas referencias confirmaron que el motor chino continúa rugiendo, una realidad avalada por otra estadísticas publicada el sábado. La inflación repuntó en agosto hasta una tasa interanual del 3,5 por ciento, la cifra más alta desde 2008.
Aliado 'anti-inflación'
Como esta combinación de datos aparca los temores acerca del enfriamiento del crecimiento chino, Pekín ha entendido que dar más margen a la revalorización de su divisa. Como consecuencia, el yuan ha subido hasta las 6,762 unidades por dólar. Ha sido su tercer avance consecutivo, un intervalo en el que se ha apreciado un 0,5 por ciento.
De este modo, las autoridades del gigante asiático han vuelto a acelerar la apreciación de su moneda, un movimiento que había quedado interrumpido en las últimas semanas. A mediados de junio, anunciaron que iban a conceder una mayor revaluación de su moneda, un comunicado que acompañaron con una apreciación del 0,4 por ciento en la jornada del 21 de junio, hasta los 6,797 yuanes.
A continuación, lo mantuvieron entre los 6,77 y los 6,8 yuanes ante el temor generado por la ralentización de la economía estadounidense y las propias dudas que transmitía la economía china. Ahora, los últimos datos de EEUU y China han amortiguado el pesimismo, de ahí la reacción de Pekín, que puede encontrar en un yuan más fuerte un buen aliado para atajar las presiones inflacionistas. Con este último movimiento, el yuan acumula una revalorización del 1 por ciento contra el dólar en 2010.