Bolsa, mercados y cotizaciones

Ni los poderes de Superman sirven para luchar contra las burbujas

Detalle de la portada del primer comic de Superman, vendido por 1 millón de dólares

Ni el sector inmobiliario chino, de las materias primas o de los derivados sobre la deuda de Grecia. El último activo en sumarse a la moda de las burbujas es... el cómic. O al menos, los ejemplares en los que aparece Superman. Esta semana se vendió el primero de ellos, que se publicó bajo el sello Action Comics 1 en 1938 por un millón de dólares. ¿Qué lleva a una persona a buscar la exclusividad a cualquier precio?

Es lógico que un objeto de estas características y antigüedad haya aumentado significativamente de valor con el paso del tiempo. Sin embargo, por una copia de la primera aparición de Superman se pagaba hace sólo un año tres veces menos, según MarketWatch.

"Para ser justos, hay que decir que el ejemplar que se subastó el año pasado era de una calidad inferior al que se remató esta semana, así que la apreciación puede ser en realidad algo inferior, digamos que el doble. Aún así, comparado con muchas otras inversiones, tuvo un comportamiento que no es nada pobre", señala la web financiera.

Unas páginas muy rentables

Analizada más a largo plazo, la rentabilidad que aporta una inversión como esta también es impactante. Si una persona hubiera adquirido el primer ejemplar de Action Comics hace 70 años, la rentabilidad anual media obtenida superaría el 25%.

Si nos fijamos, por ejemplo, en la rentabilidad histórica del oro, en el que muchos expertos han señalado en los últimos meses que podía estar gestándose una burbuja, de media el metal precioso ha reportado unas ganancias anuales del 8,85% desde 1976, fecha en la que Bloomberg comenzó a recoger esta estadística.

Pero lo que iguala a la novela gráfica de Superman y al oro va más allá de la búsqueda de rentabilidad. Se trata, en última instancia, de la búsqueda de la felicidad.

"Tengo lo que otros quisieran tener"

"Los humanos buscamos la felicidad por comparación con los demás. Hay estudios recientes que apuntan que la mayor parte de nosotros preferiríamos ganar 1.000 euros si los demás ganan 500, antes que 2.000 euros si el resto ingresa 4.000", señala Luis Muiño, psicólogo social.

Según este experto, a la hora de coleccionar se buscan "cosas que no solo nos gusten, sino también que no tengan los demás y que además tengan un valor histórico, o universal". Y esto también es aplicable al mercado.

Así, "la sensación de elitismo es esencial en la inversión. Es un pensamiento de yo me enteré y a los demás les hubiera gustado enterarse. Nos gusta sentirnos especiales, y los asesores son dados a hacer que sus clientes se sientan así. A veces actúan como si les estuvieran dando una información exclusiva, que ningún otro tiene", explica Muiño.

Todos atrapados en la burbuja

La búsqueda de la felicidad, las ganas de sentirnos especiales, llevan también a tratar de conseguir lo que otros tienen. En pocas palabras y aplicado a la inversión, esto quiere decir que los mercados se mueven en gran parte por la envidia y la avaricia, tal como señala la corriente sociológica del conductismo financiero (behavioral finance). Y la avaricia o rompe el saco, o crea una burbuja. O ambos.

"Los inversores tienden a seguirse unos a otros. Es lo mismo que pasa, por ejemplo, cuando queremos comer y tenemos dos restaurantes, uno lleno y uno vacío, ante nosotros. Tenderemos a meternos en el que está lleno, es nuestra naturaleza, aunque esto no quiere decir que nos vayan a dar mejor de comer", explicó Maarten Polfliet, gestor de Robeco y seguidor de las teorías del behavioral finance, en una entrevista concedida a este diario.

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