Fráncfort (Alemania), 28 mar (EFECOM).- El crecimiento anual de la masa monetaria en circulación en la eurozona, medido por el agregado M3, subió en febrero hasta el 10 por ciento, frente al 9,9 por ciento de enero, informó hoy el Banco Central Europeo (BCE).
Según la entidad, el ascenso anual de este agregado monetario en el trimestre de diciembre de 2006 a febrero de este año fue del 9,9 por ciento, en comparación con el incremento del 9,7 por ciento registrado entre noviembre y enero pasados.
El banco europeo añadió que los préstamos al sector privado tuvieron una tasa de crecimiento anual en febrero del 10,3 por ciento, frente al 10,6 por ciento de enero.
Al mismo tiempo, el crecimiento de los créditos para la compra de una vivienda se mantuvo invariable en febrero en el 9,4 por ciento, igual que en enero.
El BCE ha reiterado recientemente su preocupación por el crecimiento de la masa monetaria en la zona euro, ya que, en su opinión, supone un riesgo al alza para la estabilidad de precios.
La expansión monetaria se sitúa todavía muy por encima de los niveles que el BCE considera adecuados para salvaguardar la estabilidad de precios a medio plazo, que prevén un crecimiento de la masa monetaria del 4,5 por ciento.
La entidad europea señalaba en su boletín de marzo que, si se toma la perspectiva del medio a largo plazo para valorar las tendencias en el crecimiento monetario y del crédito, los desarrollos más recientes confirman que "continúa una tendencia alcista persistente en la tasa subyacente de expansión monetaria".
El banco indicó, además, que la "robusta expansión monetaria y del crédito refleja el carácter expansivo de la política monetaria en un periodo prolongado de tiempo y el afianzamiento de la actividad económica en la zona euro".
El BCE ha subido los tipos de interés en siete ocasiones desde diciembre de 2005, del 2 por ciento al 3,75 por ciento actual.
Los expertos esperan que el banco volverá a elevar las tasas, al menos, en una ocasión más, hasta el 4 por ciento, para hacer frente a las presiones inflacionistas que la entidad detecta en la eurozona.
La medición del dinero en circulación constituye uno de los dos pilares en los que el banco emisor europeo basa su política monetaria, cuyo fin es lograr la estabilidad de los precios, y sirve de referencia a la entidad para poder prever la inflación en los trece países que comparten el euro.
El otro pilar del BCE para pronosticar la inflación y decidir la política monetaria se basa en el crecimiento de los precios y otros indicadores macroeconómicos.
El agregado M3 comprende el efectivo en circulación, depósitos a la vista y a plazo hasta dos años, depósitos disponibles hasta 3 meses, cesiones temporales de deuda y fondos de inversión en activos del mercado monetario (FIAMM). EFECOM
mja/mdo
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