
La cadena de restaurantes Cracker Barrel Old Country Store anunció que eliminará un nuevo logotipo que había desatado controversia y provocado una caída en el precio de sus acciones. "Queremos agradecer a nuestros clientes por compartir sus voces y su cariño hacia Cracker Barrel. Dijimos que escucharíamos, y lo hemos hecho", señaló la compañía este martes en un comunicado. "Nuestro nuevo logotipo desaparecerá y nuestro 'old timer' permanecerá". Las acciones suben un 8% tras el anuncio. Los establecimientos están muy arraigados en la cultura de los estados al sur del país.
Cracker Barrel se había enfrentado una fuerte reacción en redes sociales desde que cambió su logotipo vintage, eliminando la imagen de un hombre apoyado en un barril y modernizando las letras. Los críticos aseguraban que el nuevo diseño despojaba a la cadena de su historia. En particular, sectores conservadores acusaron a la empresa de querer desprenderse de símbolos vinculados a la cultura estadounidense, que en su opinión se encuentra bajo ataque.
El presidente Donald Trump no perdió la oportunidad el pasado martes de entrar en el debate. Dijo que la marca debía restaurar su antiguo logotipo y pedir disculpas, lo que impulsó las acciones. En su comunicado, Cracker Barrel se definió como "una orgullosa institución estadounidense". La compañía había reconocido a principios de semana que pudo haber comunicado mejor los cambios.
Fundada en 1969 en Tennessee, Cracker Barrel Old Country Store se ha convertido en mucho más que una cadena de restaurantes: es un símbolo de la América profunda. Con más de 650 locales repartidos sobre todo en el sur y el medio oeste de Estados Unidos, la marca ha construido su identidad alrededor de una estética rural y nostálgica que remite a los "old country stores", las antiguas tiendas de carretera. Para muchos viajeros, detenerse en un Cracker Barrel es parte inseparable de los trayectos en carretera, tanto por su menú de cocina tradicional sureña como por las tiendas anexas, donde se venden desde mecedoras hasta dulces artesanales.

Su importancia cultural radica en que la cadena encarna una cierta visión del país ligada a valores de autenticidad, tradición y vida familiar. Cracker Barrel no solo atrae a un público mayor y conservador que busca esa conexión con el pasado, sino que también se ha posicionado como un espacio reconocible en el imaginario popular estadounidense. Su arraigo en regiones rurales y suburbanas lo ha convertido en una institución cultural que trasciende lo gastronómico.
La marcha atrás en la estrategia marketing de renovar su logo se produce después de una serie de caídas bursátiles en los últimos días, con la más pronunciada el 21 de agosto, cuando aumentaron las críticas. El rebranding formaba parte de los esfuerzos de transformación que la consejera delegada, Julie Felss Masino, ha puesto en marcha para revertir la caída de tráfico en los restaurantes. La empresa también está remodelando locales y actualizando su menú.
La cadena obtiene las mejores calificaciones de los clientes en factores como autenticidad, decoración, ambiente familiar y limpieza, según la consultora Technomic Inc. Sin embargo, tiene un rendimiento inferior con los consumidores más jóvenes, incluida la Generación Z, mientras que conecta mejor con los millennials.
Trump, en un post en Truth Social, felicitó a Cracker Barrel por recuperar su antiguo logotipo: "Todos vuestros fans lo aprecian mucho", escribió el presidente. "¡Buena suerte en el futuro. Ganen mucho dinero y, lo más importante, hagan felices de nuevo a sus clientes!".