
El pasado 13 de agosto el bitcoin tocó máximos históricos en los 123.000 dólares durante el día. Después de ello su precio se ha desplomado más de un 11% en tan solo 9 sesiones. Con todo, este mes queda, hasta ahora, como el más bajista de la criptomoneda desde febrero, pues su valor ha disminuido más de un 4,4% desde el cierre de julio.
El bróker XTB achaca esta caída a "una toma de beneficios que hace fluctuar el precio de la principal criptomoneda a la baja". Además, en su análisis los expertos de la plataforma añaden que "los inversores se centran más en Ethereum [...] lo que indica que el apetito por el riesgo en el mercado de criptomonedas no ha disminuido, sino que se ha orientado hacia otras criptomonedas más arriesgadas". Por lo que este problema es algo que afecta únicamente al bitcoin, no al mercado de criptos en su conjunto.
Sin embargo, no hay que pasar por alto de que esta caída se da después de que tocase máximos históricos. A mediados de mes, el analista de eToro Maximilian Wienke adelantaba esta posibilidad. Destacaba que la demanda institucional era un "factor clave" en la buena salud de la divisa. "Este desarrollo se ha visto impulsado por el lanzamiento de ETFs de bitcoin al contado en EEUU y una regulación más clara" añadía. Además, señaló dos órdenes ejecutivas del presidente Donald Trump como otros eventos que potenciaban el valor de la criptodivisa ya que "permiten invertir en bitcoin a través de planes de jubilación y protegen a los usuarios y empresas de criptomonedas de prácticas discriminatorias en el sector bancario".
Este mes de claroscuros para el bitcoin sucede justo después de que uno de sus creadores (las personas que invirtieron en la criptomoneda en sus primeros años) vendiera 80.000 de estas monedas (que poseía desde 2011) el 31 de julio. Esta venta, apuntaron desde OnChainSchool, una plataforma y escuela especializada en el rastreo de la blockchain, "es un patrón repetido para frenar subidas y generar FUD" (siglas en inglés de miedo, incertidumbre y duda), con la intención de ahuyentar a los inversores. Es una conducta que se da por parte de estos creadores cuando la criptomoneda toca máximos históricos. Esta persona consiguió una rentabilidad de 53.625 veces su inversión inicial.