El PIB de EEUU no da margen al pesimismo. La economía norteamericana sigue resistiendo sin cuartel al lograr un crecimiento del 3% frente a la contracción de medio punto del último trimestre y las previsiones del 2,7% que había hasta ahora en el marco del mercado. Los datos de Despacho de Análisis Económico indican que "el aumento del PIB real en el segundo trimestre reflejó principalmente una disminución de las importaciones, que se consideran una sustracción en el cálculo del PIB, y un aumento del gasto de consumo".
Estas importaciones fueron la clave para explicar lo ocurrido en el primer trimestre. Sin embargo, la inversión está en niveles muy bajos de más del 3% de contracción y el gasto del consumidor se mantiene fuerte pero se desacelera. Las ventas finales reales a compradores internos privados , la suma del gasto de consumo y la inversión fija privada bruta, aumentaron un 1,2% por ciento en el segundo trimestre, en comparación con un aumento del 1,9% en el primer trimestre. El índice de precios de las compras internas brutas aumentó un 1,9% en el segundo trimestre, en comparación con un aumento del 3,4 % en el primer trimestre.
La gran duda que había con estos resultados es si la población de EEUU, con su confianza dañada por los aranceles y otras medidas económicas empezarían a limitar su gasto. Este es, ni más ni menos, que el motor sobre el que se construye la fortaleza económica de EEUU en los últimos años. La pujanza del mercado laboral ha apuntalado el gasto de los hogares, que se ha convertido en el factor clave que ha permitido al PIB crecer de forma determinante.
Es por ello que este era el principal frente de atención para muchos, más allá de las cifras en mayúsculas. El consumo de los hogares aumentó a un ritmo del 1,4% respecto primer trimestre y lo que está desacelerando más bien ha sido la demanda de las empresas. Estas si empiezan a notar cierto cansancio y temor con la situación macroeconómica y fiscal del país (además de comercial y arancelaria).
Desde ING comentan, en cualquier caso, que no hay que precipitarse con las conclusiones. "Una mejora significativa en la posición comercial de EEUU fue el principal impulsor del crecimiento del PIB en el segundo trimestre, y el impacto de los aranceles sigue provocando fuertes fluctuaciones en los datos estadounidenses. No obstante, los consumidores están nerviosos por las perspectivas.
En ese sentido comentan que pese a que se mantiene fuerte la demanda interna, "esta sigue siendo moderada". Sin embargo reconocen la fortaleza de los datos y creen que esto "hace que no haya probabilidades de un recorte de tipos de la Fed.
De hecho Donald Trump a escasos minutos del dato ha metido presión respecto a más aranceles. Concretamente el republicano ha explicado que no habrá una nueva excepción durante unos meses y que el 1 de agosto aplicará los 'aranceles recíprocos' a aquellos países con los que no haya llegado a un acuerdo. También ha cargado contra la india a la que ha avisado de que le impondrá aranceles del 25% debido al "DÉFICIT COMERCIAL MASIVO". En otro post en su red Social Truth comentaba que "LA FECHA LÍMITE DEL 1 DE AGOSTO. SE MANTIENE FIRME Y NO SE PRORROGARÁ".
Al margen de la situación comercial, los analistas instisten en que la clave para poder mantener este crecimiento del PIB es la estabilidad del mercado laboral. En ese sentido cobran todavía más importancia los datos ADP mensuales de ADP, que mostraron como el empleo creado fue mucho más potente de lo esperado con 104.000 nóminas no agrícolas creadas en julio frente a las 78.000 esperadas.
Tras conocerse el dato del PIB los bonos caen y sube su rentabilidad, descontando tipos de interés más elevados. El retorno del bono a diez años, el T-Note, sube casi tres puntos básicos hasta el 4,35%. El rendimiento del título de deuda americano a dos años avanza casi cuatro puntos básicos hasta el 3,9%. Mientras, el índice dólar avanza un 0,5%, lo que refleja una moneda más fuerte ante las perspectivas reforzadas de que no se decida un recorte en los tipos este miércoles.