
Europa despierta a una realidad incómoda: pese a contar con recursos y proyectos en su territorio, la gran mayoría del procesamiento de tierras raras, esos minerales esenciales para imanes, baterías, turbinas y sistemas de defensa, sigue controlado por China. Hoy más del 85% del refinado global de estos elementos sale de plantas chinas, dominando un sector marcado por altos costes energéticos y exigencias ambientales que ahora Europa quiere asumir. Esta dependencia es ya una vulnerabilidad estratégica que amenaza tanto sus cadenas de suministro como su autonomía industrial.
El giro chino hacia políticas más restrictivas ha tensionado aún más el mercado internacional. Varios fabricantes europeos han llegado a interrumpir producción por falta de materiales críticos, mientras las autoridades comunitarias elevan el nivel de alerta. La Unión Europea reacciona y ha puesto en marcha un plan ambicioso: reducir la dependencia de un solo proveedor por debajo del 65%, incrementar el procesamiento en suelo europeo y potenciar el reciclaje para cerrar el círculo industrial.
En este contexto aparecen iniciativas clave. Desde la histórica planta operativa en Estonia a proyectos pioneros en Reino Unido, Francia y Suecia, Europa empieza a construir una nueva columna vertebral industrial en tierras raras. No es solo acceso a recursos, es la posibilidad de refinar, separar y fabricar componentes estratégicos en casa, alimentando sectores clave como automoción, energías renovables, defensa y aeroespacial.
Estas compañías que analizamos hoy podrían considerarse perfectamente semillas de futuro. Aunque no todas son disruptivas en el sentido clásico, sí encarnan el espíritu de una cartera pensada para sembrar a 20 o 25 años vista: son activos que hoy parecen secundarios pero que podrían consolidarse como piezas estratégicas en el mapa industrial europeo del mañana, el tipo de compañías que bien podrían encajar dentro de una cartera disruptiva como la que gestiono para mis mellizos.
Neo Performance Materials (TSX: NEO)
El grupo canadiense controla la planta de Silmet en Estonia, la única refinería operativa actualmente en la Unión Europea capaz de separar óxidos de tierras raras pesadas y ligeras. Es un eslabón esencial en el objetivo de autonomía estratégica europeo. Además, está ampliando capacidad para integrar aguas abajo la fabricación de imanes permanentes, reforzando su papel como actor industrial clave. Aunque su negocio no es estrictamente disruptivo en términos tecnológicos, su posición singular podría convertirlo en una pieza estratégica dentro de una cartera a largo plazo.
La acción se mueve en torno a 16,80 dólares canadienses en Toronto (símbolo NEO), y su equivalente estadounidense en el mercado OTC es NOPMF, en la zona de los 12 dólares. Desde España y Europa, dependiendo del bróker, suele resultar más sencillo y económico acceder a la versión OTC que operar directamente en Toronto, donde además habría que contemplar la conversión de divisa. Dicho esto, Neo Performance Materials sería una opción a valorar muy seriamente en cuanto corrija la última y potente subida que lo ha llevado de los 6,60 a los 12 dólares. Un retroceso a los 10 dólares me parecería la oportunidad perfecta para tomar posiciones en esta compañía, buscando que desde ahí se dirija a objetivos iniciales en los 18 dólares, que son los altos de 2021.

Pensana Rare Earths PLC (LSE: PRE)
Pensana construye en Saltend, Reino Unido, la que será la primera gran planta británica de separación de tierras raras, con el objetivo de abastecer a la Unión Europea en pleno contexto post-Brexit. Su mina de Longonjo en Angola garantiza suministro propio de materias primas, reduciendo dependencia exterior. El carácter pionero de su proyecto le confiere un perfil disruptivo, como semilla de una futura industria independiente en Europa.
Operativamente, considero que solo resultaría interesante entrar en cuanto desarrolle una fase de digestión de la fuerte subida de los últimos meses, que todavía podría extenderse hacia la zona de las 100 libras. Si esa consolidación profundiza hasta las 60-68 libras, es ahí cuando me plantearía comprar acciones de esta semilla que ya germinó al superar en junio la resistencia de las 40 libras.

Rainbow Rare Earths (LSE: RBW)
Su propuesta combina minería y sostenibilidad, ya que planea explotar recursos secundarios procedentes de relaves históricos en Sudáfrica y Burundi, lo que añade un ángulo ESG muy atractivo. Además, proyecta construir un centro de procesamiento en Europa, contribuyendo a la futura economía circular de las tierras raras. Su enfoque innovador en valorización de residuos la coloca como candidato claro a formar parte de una cartera disruptiva.
Técnicamente, lo más llamativo es ver cómo la semana pasada logró romper la resistencia clave de las 13 libras, algo que invita a comprar, ya que plantea la posibilidad de que pronto ataque el techo del canal que acota la consolidación desde los altos de 2021 en las 22 libras. Si supera las 15 libras ganaría enteros un escenario de búsqueda de nuevos máximos históricos sobre los registrados en 2021.

Solvay (EBR: SOLB)
El histórico grupo químico belga mantiene en La Rochelle su instalación de separación de tierras raras, hasta ahora especializada en pulir compuestos. Hoy se está reconvirtiendo para reingresar en el negocio estratégico de tierras raras y participar en el reciclaje de imanes permanentes en Europa. Aunque su perfil es más industrial consolidado que disruptivo, representa un ejemplo clave del renacimiento de capacidades críticas en suelo europeo.
A quienes estén interesados en Solvay les recomendaría esperar a que el título alcance la zona de los 25,50-24 euros, y si buscan un regalo de Navidad deberían situar sus órdenes de compra en torno a los 21-22,25 euros. Eso supondría un ajuste del 61,80/66% de toda la subida que nació en los mínimos de 2022. Desde estos soportes buscaría alzas sobre los máximos que estableció la compañía el año pasado en la zona de los 40 euros.

Leading Edge Materials (Estocolmo: LEM)
El proyecto Norra Kärr, en Suecia, representa el mayor depósito de tierras raras pesadas de la Unión Europea. Aunque sigue pendiente de permisos ambientales, es una de las iniciativas con mayor potencial de impacto en el suministro europeo de estos materiales críticos. Su carácter pionero en este segmento la convierte en una de las semillas más auténticamente disruptivas del sector y una opción a tener muy en cuenta en una cartera pensada para el largo plazo.
Financieramente, la compañía carece de ingresos operativos y mantiene pérdidas recurrentes, pero presenta un balance sin deuda y ha completado varias rondas de financiación que aseguran cobertura para al menos los próximos doce meses. Su hoja de ruta pasa por lograr el estatus de Proyecto Estratégico en el marco europeo, lo que le permitiría acelerar los trámites regulatorios y acceder a financiación pública, un paso clave para consolidarse como activo industrial relevante en Europa. Si logra superar esta fase y completar su estudio de prefactibilidad previsto para 2026, la entrada en producción podría producirse en un horizonte de tres o cuatro años.
He dejado esta compañía en la última posición porque, si han leído hasta aquí, quiero que sepan que es el valor que mejor aspecto técnico y mayor potencial presenta. Todo apunta a que en los 0,65 coronas suecas ha establecido el suelo de la tendencia bajista que se imponía desde los altos de 2021 en los 6 coronas suecas. Me planteo aprovechar cualquier caída a la zona de 1 SEK para plantar esta semilla en la cartera disruptiva de mis mellizos.
