Bolsa, mercados y cotizaciones

El primer banco central en quedar atrapado entre la burbuja inmobiliaria y la guerra comercial desatada por Trump

  • El Banco de Corea eleva su prioridad a enfriar el mercado de vivienda de Seúl
  • El gobernador admite la difícil posición del país en la guerra comercial
  • La estabilidad de precios pasa a un segundo plano
La sede del Banco de Corea

Corea del Sur está llamando a las puertas de la recesión, mientras en Seúl crece exponencialmente una burbuja inmobiliaria que amenaza la estabilidad financiera del país. Al banco central no le queda más remedio que negociar dos crisis con soluciones para cada una de ellas incompatibles. Y, por si fuera poco, el país asiático es uno de los más expuestos a la guerra comercial de Trump.

El Banco de Corea, el banco central de Corea del Sur, ha mantenido hoy los tipos en el 2,5%, pero lo que puede interpretarse como un movimiento prudente de política monetaria esconde un escenario endiablado y traumático por el que pueden pasar muchas economías avanzadas, como la europea.

El peor de los mundos ha estallado para Corea del Sur y su banco central. La economía coreana está llamando a las puertas de la recesión, mientras está sentada en una enorme burbuja inmobiliaria. Una auténtica pesadilla para un banco central que tiene que estimular la actividad sin inflar todavía más unos activos que ya huelen a explosión.

En su comunicado, el Banco de Corea ha hablado a las claras de su preocupación por "la deuda de los hogares y la aceleración de los precios de la vivienda en Seúl y sus alrededores, así como de la deuda de los hogares". Para cualquier observador sorprende la crudeza con la que la institución expresa su dificultad y la forma de dejar en un segundo plano la estabilidad de los precios.

Pero, por un lado, la inflación parece más que controlada. "De cara al futuro, se espera que la inflación se mantenga alrededor del 2%, impulsada por presiones de demanda moderadas y por la estabilización de los precios mundiales del petróleo", indica. La entidad espera que el IPC termine el año en el 1,9%. Y, por otro, el Banco de Corea tomó medidas drásticas para contener los precios de la vivienda.

Medidas duras en vivienda

Así, la entidad limitó los préstamos hipotecarios a 600 millones de wones coreanos (unos 370.000 euros), elevó las exigencias de solvencias a los bancos y endureció la ratio de provisiones con el objetivo de estabilizar el mercado inmobiliario. "Ahora mismo el debate de la política monetaria de Corea del Sur está en la evolución de los precios de la vivienda de Seúl y el propio gobernador Rhee Chang-yong confirmó este cambio de prioridades, durante la rueda de prensa", explica Min Joo Kang, economista de ING para Corea del Sur y Japón.

Pero el problema no solo está en que el precio medio de los pequeños apartamentos de Seúl se hayan duplicado en los últimos cinco años y que superaran los 1.000 millones de wones (más de 600.000 euros) por primera vez en la historia. O que medidas tan restrictivas como no permitir comprar un apartamento si no es residencia habitual no estén funcionando. El Banco de Corea también tiene que lidiar con que la economía registró una caída trimestral del 0,2% en el primer trimestre y un aumento del riesgo de que los aranceles de Trump condenen a la actividad económica a la recesión.

"El Banco de Corea quiere bajar las tasas para impulsar la economía, pero le preocupa que las tasas más bajas generen burbujas en el mercado inmobiliario, afectando la estabilidad financiera", dice que Park Chong-hoon, jefe de investigación de Standard Chartered en Seúl. Se trata de soplar y sorber a la vez.

Cuatro de los seis miembros de la junta directiva están abiertos a un recorte adicional en los próximos tres meses. Dado que la tendencia negativa del PIB se ha prolongado durante algún tiempo, la economía aún requiere condiciones monetarias relativamente expansivas. "El 2,5% actual es probablemente ligeramente superior al nivel de tipo neutral estimado", subrayan desde ING al resaltar que los tipos se encuentran en un punto restrictivo favorable a contener los excesos inmobiliarios.

"Creemos que agosto podría ser algo prematuro para que el Banco de Corea confirme la moderación prevista en los precios de la vivienda y la deuda de los hogares. Sin embargo, la probabilidad de un recorte de tipos en agosto sigue siendo bastante alta", explican los expertos.

Un recorte peligroso

Pero el mercado inmobiliario desbocado en Seúl y el elevado endeudamiento de los hogares limitan mucho el margen de maniobra. El gobernador del Banco de Corea, Rhee Chang-yong, reconoció el mes pasado la dificultad de estimular el crecimiento sin sobrecalentar el mercado inmobiliario. El mes pasado, Nomura advirtió que las condiciones financieras más laxas que impulsan el repunte del mercado inmobiliario estaban contribuyendo al aumento de la deuda de los hogares, que el año pasado alcanzó los 1.927,3 billones de won (unos 1,31 billones de euros), equivalente al 92% del PIB, una de las cifras más altas del mundo desarrollado.

"Con los mercados inmobiliarios recalentados en Seúl y el aumento del apalancamiento de los hogares poniendo a prueba la tolerancia del Banco de Corea ante los desequilibrios financieros, esperamos que el Banco vuelva rápidamente a centrarse en la estabilidad financiera", apunta Park Jeong-woo, economista de Nomura.

Impulsados por los exclusivos distritos del sur en Gangnam, los precios subieron el mes pasado a su ritmo semanal más alto en casi siete años, igualando el ritmo de crecimiento durante el auge de 2018, aunque el mercado sigue estancado en zonas fuera de Seúl.

El Banco de Corea informó el miércoles de que los préstamos hipotecarios aumentaron en 4.500 millones de dólares en junio, el mayor salto en nueve meses, con un crecimiento superior al 4% interanual en cada uno de los últimos cuatro meses.

Doble castigo

El nuevo Gobierno está intentando por su lado estimular la actividad económica. La semana pasada, el partido gobernante de Lee, el Partido Democrático, aprobó un paquete de estímulo fiscal de cerca de 20.000 millones, que incluye ayudas directas de hasta 350 euros para los ciudadanos. Corea del Sur es uno de los países más afectados por la guerra comercial entre Estados Unidos y China debido a su gran exposición al comercio estadounidense. Pero, por si fuera poco, el otro socio comercial es China, lo que convierte la guerra comercial en un campo de minas para Corea.

Trump mantiene la misma estrategia para Corea del Sur como para el resto de países. Ha enviado una carta de que va a imponer un arancel del 25%, dando de plazo para seguir con las negociaciones hasta el 1 de agosto. Además, el país soporta las tasas adicionales sobre los coches que ya están en vigor y los chips. "Si las conversaciones entre EEUU y Corea del Sur resultan desfavorables para el mercado, un recorte anticipado en agosto podría ser más probable", dicen desde ING.

El gobernador del Banco de Corea ha admitido hoy la complejidad del tema arancelario de Estados Unidos para Corea del Sur. Si bien los aranceles impuestos directamente a las exportaciones coreanas son importantes, dijo que también hay posibles efectos indirectos de los aranceles estadounidenses sobre otros países donde las empresas coreanas operan bases de producción, como China, Vietnam y México. En algunos casos, dijo que el impacto indirecto de los aranceles sobre esos países podría ser incluso mayor que los efectos directos de los aranceles estadounidenses sobre los productos coreanos.

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