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Solo el 30% de los 'family offices' españoles cuenta con un plan de inversión

  • Un estudio del IE y Abante muestra las preocupaciones de los grandes patrimonios españoles
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La figura del family office está ganando cada vez más terreno entre las familias empresarias, pero todavía existe mucho desconocimiento sobre cómo se debe estructurar su organización y cómo se debe implementar la estrategia de inversión para obtener los resultados adecuados, incluso en sus aspectos más básicos.

Un estudio elaborado por el Instituto de Empresa, a través de su Centro de familias empresarias, y la Fundación Abante, a partir de entrevistas personales a 25 dueños y gestores no familiares de 19 single family offices españoles, revela que algo más del 30% de los participantes no cuenta con lo que en el mundo anglosajón se denomina un investment policy statement, es decir, un plan de inversión a largo plazo, lo que denota una falta de visión a largo plazo. Este dato se complementa con el hecho de que únicamente el 40% dispone de un comité de inversión y solo el 20% cuenta con un comité de estrategia.

Una de las explicaciones a esta falta de objetivos de inversión se debe, según explicó ayer Cristina Cruz, catedrática de Emprendimiento y directora de académica del IECenter for Families in Business, durante la presentación del informe, es que "la mayoría están más preocupados por evitar conflictos entre las distintas generaciones de la familia, cómo conseguir alinear los distintos intereses, que fluya la comunicación si algún miembro trabaja en el family office, las educación de las siguientes generaciones familiares y en la atracción de talento externo" para la gestión. De ahí que la mitad de los entrevistados disponga de un protocolo familiar y algo más de este porcentaje de un consejo de administración.

Cruz subrayó que también depende de la tipología de familia empresaria a la hora del diseño de sus prioridades: si se trata de un family office generacional, importará más preservar los valores y transmitir el patrimonio entre distintas generaciones; si es un family office inversor, estarán más pendientes de cubrir las necesidades financieras de la familia; o si se trata de un family office emprendedor, se valorará más preservar el legado pero invirtiendo en otras empresas, a través de vehículos de capital privado.

"Definir la misión es el paso clave para que el family office perviva en el tiempo", subrayó Cruz, teniendo en cuenta que "ser un buen empresario no es igual que ser un buen inversor".

De hecho, esta tipología determina en qué tipo de activos serán más proclives para invertir, ya que los generacionales destinan hasta un 45% al sector inmobiliario, mientras que los de tipo inversor dedican este porcentaje a inversiones financieras. En el caso de los emprendedores, las inversiones alternativas, especialmente el capital riesgo, representa algo más del 30%, un segmento en el que los miembros más veteranos también pueden aportar su experiencia como empresarios y apoyar a los más jóvenes de la familia a introducirse en el mundo de los negocios.

"En el 99% de los casos las familias quieren que se haga un buen uso del patrimonio familiar, que tenga un impacto. Y cuando no se ha trabajado el tema del propósito y de la sucesión, es cuando suelen aparecer los conflictos entre los miembros de la familia", comentó Belén Alarcón, socia de Abante y responsable de planificación patrimonial.

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