Bolsa, mercados y cotizaciones

El fracking llega a la puerta de Europa con un gran descubrimiento de petróleo de esquisto: "Puede cambiar las reglas del juego"

  • Continental Resources estima que hay 6.100 millones de barriles de petróleo de esquisto
  • Esto podría suponer un cambio de las reglas del juego para la energía en Turquía
  • Turquía necesita importar casi todo el petróleo que consume su economía 

La industria del fracking (la técnica de fracturación hidráulica para extraer petróleo y gas de esquisto) tiene las puertas cerradas prácticamente en toda Europa. Los riesgos medioambientales y sísmicos que plantea esta técnica ha llevado a que países como España o Alemania prohíban su implantación en su territorio. Sin embargo, otro país europeo está abrazando esta técnica para intentar aprovechar miles de millones de barriles de petróleo de esquisto en su territorio. Las autoridades de este país aseguran que esta tecnología y el hallazgo de crudo pueden terminar siendo un punto de inflexión que cambie las reglas del juego en el país, que podría reducir sobremanera la dependencia energética que hoy tiene del exterior.

Turquía está implementando un giro estratégico en su política energética con el descubrimiento de una gigantesca reserva de petróleo no convencional. Según declaró esta semana el ministro de Energía, Alparslan Bayraktar, la compañía estadounidense Continental Resources estima que hay 6.100 millones de barriles de petróleo de esquisto en la cuenca de Diyarbakir, en el sudeste del país. El hallazgo, si se confirma, colocaría a Turquía por encima de países de la OPEP como Gabón o Congo en volumen de reservas, y por delante de productores consolidados como el Reino Unido, según informan desde la agencia Reuters.

"Las importaciones anuales de crudo de Turquía ascienden actualmente a 365 millones de barriles. Por tanto, una reserva de 6.100 millones es una cifra extraordinaria", subrayó Bayraktar durante una visita a la provincia de Sirnak, donde se ubica parte del yacimiento. El ministro calificó este descubrimiento como un punto de inflexión, señalando que "el petróleo y el gas de esquisto podrían cambiar las reglas del juego" para Turquía, que depende en más del 90% de las importaciones para cubrir su demanda energética.

Continental Resources, uno de los gigantes del sector petrolero estadounidense y pionero del fracking en la cuenca de Bakken, firmó en marzo un acuerdo de empresa conjunta con la compañía estatal TPAO para desarrollar conjuntamente los recursos no convencionales en la cuenca de Diyarbakir. Aunque la empresa no ha hecho declaraciones públicas desde que se conoció el hallazgo, su presencia marca el desembarco oficial del fracking en Turquía, con implicaciones que van más allá de su economía nacional.

Para Bayraktar, este acuerdo representa "una nueva era", en la que Turquía diversifica su matriz energética y apuesta por la autosuficiencia. A este descubrimiento se suma el anuncio, realizado la semana pasada por el presidente Tayyip Erdogan, del hallazgo de 75.000 millones de metros cúbicos de gas natural en el mar Negro, otra señal del giro del país hacia el aprovechamiento de sus propios recursos.

Mucho petróleo no convencional

La magnitud del hallazgo en Diyarbakir no solo es relevante por el volumen potencial de crudo, sino también por el hecho de que se trata de petróleo no convencional. Turquía da así entrada por primera vez de forma seria a la tecnología del fracking, que revolucionó el mercado energético de Estados Unidos en la última década y ha modificado los equilibrios geopolíticos globales.

Turquía, que en 2024 produjo apenas 127.000 barriles diarios de petróleo, importa cerca de 1 millón de barriles al día entre crudo y productos refinados. Gran parte de esas importaciones proceden de Rusia, a precios reducidos, lo que expone a Ankara a tensiones geopolíticas y a una alta vulnerabilidad energética. El desarrollo de reservas nacionales, como las de Sirnak o las del mar Negro, permitiría a Turquía reducir esa dependencia y ganar margen de maniobra estratégico.

El fracking como gran revolución

Además de su impacto económico, la entrada de Turquía en el fracking introduce a esta tecnología en un país que funciona como puente energético y geopolítico entre Asia y Europa. La cuenca de Diyarbakir se sitúa en una región con potencial exportador hacia el Mediterráneo y los Balcanes, lo que podría transformar a Turquía no solo en consumidor, sino también en proveedor para sus vecinos europeos.

Cabe recordar que en vísperas de las elecciones presidenciales de 2023, Ankara ya anunció lo que denominó su "mayor hallazgo terrestre de petróleo" con una reserva estimada de 1.000 millones de barriles en Sirnak, con un crudo de 41 grados API, más ligero que el petróleo convencional producido en el país. Estos sucesivos descubrimientos apuntan a una clara estrategia de inversión estatal y alianzas internacionales para explotar su subsuelo.

La colaboración con Continental Resources también abre la puerta a la transferencia de tecnología y la profesionalización del sector local en el uso de técnicas avanzadas de perforación horizontal e hidráulica, necesarias para acceder a estos recursos. Turquía, tradicionalmente rezagada en producción petrolera, aspira así a convertirse en un actor más relevante en el tablero energético euroasiático.

En palabras del ministro Bayraktar: "Queremos ser dueños de nuestros recursos y construir una seguridad energética duradera". Con 6.100 millones de barriles de petróleo no convencional como punto de partida, Turquía se adentra en un terreno desconocido hasta ahora para su industria, pero con enormes promesas para su futuro económico y geopolítico.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky