El sector en general y BBVA en particular están logrando estirar el ciclo de vacas gordas que comenzó con el incremento de los tipos de interés que el BCE puso en marcha para combatir el repunte de la inflación posterior a la pandemia y, tras un año de beneficios récord para la banca, en este, pese a la comparativa con menores tipos de interés, apunta a que pondrá mantenerlos en esos niveles.
En este entorno probancario, la compañía ha mantenido el payout entre el 40% y el 50%, lo que ha permitido ir mejorando año a año el dividendo para los accionistas a medida que el beneficio ha ido escalando hasta alcanzar los 0,87 euros por acción a cargo de 2024 (lo que a precios actuales implica una rentabilidad cercana al 6,7%). Gloria Coucerio, head of Business Performance, Investment & Cost Management and Procurement del grupo, explica que "BBVA ofrece una combinación única de crecimiento y rentabilidad, lo que se traduce en una mayor generación de valor para el accionista" y pone como ejemplo el hecho de que si un inversor hubiese comprado acciones de BBVA en enero de 2019, su inversión se habría multiplicado por casi cuatro veces contando dividendos. "Esto es el doble de la media de los bancos europeos y españoles", destaca.
A los 0,87 euros mencionados hay que sumar 1.000 millones en recompras de acciones. "Tenemos el dividendo ligado a los resultados, por lo que de cara al futuro, seguir mejorando resultados es la clave", comenta la directiva. "Somos optimistas y pensamos que BBVA va a poder dar una remuneración al accionista atractiva y hemos lanzado un nuevo plan estratégico a cinco años con el compromiso de que el valor en libros más el dividendo por acción crezcan anualmente al 15% y, si eso es así, unido a que tenemos un exceso de capital [ahora en el 13,09%, por encima del objetivo que es entre el 11,5 y el 12%], podremos dar una remuneración al accionista muy atractiva los próximos años", sigue.
Si por algo destaca ahora BBVA con respecto al resto de la banca es por la rentabilidad que logra, cercano al 20%. "Pensamos que este año conseguiremos rentabilidades muy parecidas gracias, sobre todo, a la diversificación geográfica, estando presentes en países de alto crecimiento y con posiciones líderes en ellos. Pero también porque fomentamos el crecimiento en negocios que tienen poco consumo de capital como los seguros, gestión de activos o la banca privada, lo que nos permitirá seguir siendo líderes de rentabilidad en Europa a pesar del entorno de tipos a la baja", arguye Couceiro.
Los tres grandes mercados para BBVA son México, España y Turquía. "Somos optimistas en la evolución de nuestras franquicias en general. España va a continuar teniendo un diferencial de crecimiento relevante frente al resto de Europa y eso se está traduciendo en un crecimiento de la actividad crediticia como hacía tiempo que no veíamos [del 6,6% el año pasado en su caso]; en México, más allá de las incertidumbres de corto plazo, tenemos una ventaja competitiva enorme como es tener una cuota del 25%, y Turquía para nosotros es una gran opción de valor por ser una economía grande, con un gran potencial de crecimiento al ser una economía muy joven y con una relación comercial con Europa enorme, y nosotros tenemos el mejor banco del país", expone.
La opa, en el centro del foco
Como es lógico, todo queda en un segundo plano mientras se desarrolla la operación de compra sobre Sabadell. El principal riesgo para el accionista de BBVA en este caso está en que el banco vasco tenga que incrementar el canje para convencer a los inversores de la catalana, algo que el mercado no descarta. "Nosotros pensamos que el precio es muy atractivo ya que supone una prima del 30% sobre los niveles previos y del 50% si lo calculamos sobre la media de los tres meses anteriores, que son primas muy superiores a las primas que estamos viendo en operaciones que se están produciendo ahora en Europa", explica. "Seguimos pensando que la operación es buena para todos: para Europa, para la economía, para el país, para los accionistas de BBVA y también para los de Sabadell", concluye Couceiro.