
El llamado por la administración Trump como El Día de la Liberación no está siendo tan liberador para los mercados. Desde que el presidente de EEUU anunció de forma oficial la política arancelaria que iba a desplegar (con un arancel del 10% para cualquier país del mundo, que se agrava al 20% para la UE y al 54% para China), las principales bolsas del mundo sufren una intensa sangría.
En menos de un mes, el Ibex 35 ha pasado de conquistar la cota de los 13.000 puntos a desplomarse por debajo de los 12.000 puntos, poniendo en peligro todas las ganancias cosechadas a lo largo de estos cuatro meses. Es, de hecho, el único índice europeo que aún consigue mantener su saldo anual en positivo.
Ante esta situación, elEconomista.es quiere conocer la opinión de los lectores. Optimismo, euforia, ansiedad, desaliento, desesperación… ¿en qué momento de mercado cree que se encuentra actualmente el mercado español? (Vote en nuestra encuesta). La teoría del sentimiento del inversor se fija en el comportamiento de los mercados desde una aproximación psicológica. Parte del supuesto de que las bolsas se mueven irracionalmente, en función de las percepciones que tienen los inversores, y no por la fuerza de los fundamentales de sus cotizadas.
En esta escala, la fase de euforia supone la cumbre del ciclo alcista y el comienzo del declive progresivo hasta tocar fondo en el punto de desaliento, que es el que los expertos identifican como el de máxima oportunidad para invertir dado el abaratamiento de los activos. Entre uno y otro extremo se pueden encontrar (de mayor a menor optimismo) las siguientes fases: ansiedad, negación de la evidencia, miedo, desesperación, pánico, capitulación (el sentimiento de "quizás la bolsa no sea para mí") y finalmente el desaliento, que da paso a la esperanza.