
El Departamento de Estadísticas Laborales de EEUU (BLS) ha publicado los datos de empleo relativos al mes de febrero y lo ha hecho con una sensación agridulce. El mercado resiste pero los datos decepcionan. Las nóminas no agrícolas repuntaron en 151.000, más de las 143.000 de enero pero menos de las casi 159.000 que esperaba el mercado. Sin embargo, tal y como se esperaba, estos movimientos han sido incapaces de alterar demasiado la tasa de desempleo, que sube un décima hasta el 4,1% lo mismo que el mes anterior y dos décimas menos que hace un año.
El crecimiento de los salarios, un indicador importante para la Fed de cara a medir la inflación, aumentó un 4% en febrero respecto del año anterior, frente al 4,1% observado en enero. En términos mensuales, los salarios aumentaron un 0,3%, por debajo del 0,4% observado el mes anterior. Mientras tanto, la tasa de participación en la fuerza laboral cayó al 62,4% desde el 62,6% observado en enero.
Por su parte el gran revulsivo y que más empleo generó fue el sector de la salud, que contrató a cerca de 52.000 personas. Al margen de estas firmas le siguieron las financieras, sumando 21.000, el logístico, con 18.000 y la asistencia social, que añadió cerca de 11.000 puestos de trabajo. Tras el informe los futuros de los principales índices de renta variable de EEUU experimentaron una cierta revalorización, con el S&P, Dow Jones y Nasdaq en positivo.
Estos datos eran el epicentro de una gran expectación en los mercados tras la encuesta conocida ayer, que empezaba a generar una alerta importante de un potencial enfriamiento en el mercado laboral. Según ADP, las empresas privadas estadounidenses añadieron 77.000 trabajadores a sus plantillas en febrero, el menor aumento en siete meses, frente a los 186.000 revisados al alza de enero y muy por debajo de las previsiones de 140.000. Los sectores del comercio, el transporte, la sanidad, la educación y la información registraron pérdidas de empleo, en un contexto de incertidumbre política y ralentización del gasto de los consumidores.
En cualquier caso, el sólido desempeño del mercado laboral es también una de las claves para los recortes de tipos de la Reserva Federal. Mientras este resista el banco central tiene argumentos para mantener un los tipos altos. En ese sentido, los recientes datos no han provocado ningún cambio en el mercado de swaps que sigue esperando tres descensos de 25 puntos básicos para finales de año con un primer recorte en la reunión de junio.
Desde Capital Economics comentan que "el modesto aumento de 151.000 puestos de trabajo en las nóminas no agrícolas en febrero confirman que la economía comenzó el año débil, pero no se está desplomando hacia una recesión". En resumen Thomas Ryan, analista de la firma, explica que "el resultado es que el mercado laboral sigue en buena forma y debería poder soportar los recortes del gobierno federal relacionado con el departamento de eficiencia (DOGE), aunque tendremos que esperar hasta el próximo mes para evaluar el daño. Por ahora, creemos que los recortes de la Fed este año todavía están fuera de la mesa".
Los expertos de Commerzbank coinciden y alegan que "el mercado laboral sigue siendo estable". En cualquier caso defienden que, dado la decepción respecto a las previsiones "no estamos hablando de datos espectaculares". Respecto al posible impacto en la Fed creen que estos datos no suponen una amenaza para su senda de ajustes más lenta. "El mercado laboral sigue siendo bastante sólido, aunque cada vez hay más indicios de que podría complicarse en los próximos meses". En ese sentido "los riesgos para el objetivo del pleno empleo están aumentando, pero gradualmente". Es por ello que "la Fed esperará y verá cómo afectan estos factores al mercado laboral. Un recorte rápido de los tipos no está en la agenda" tras los datos de hoy. Las nuevas cifras no generan ninguna clase de sentimiento de urgencia.
El mercado laboral es una de las claves del sólido desempeño de la economía de EEUU. A pesar de los altos tipos de interés este se ha mantenido fuerte y sin grandes signos de deterioro, actuand como un verdadero bastión para el gasto de los consumidores. En cualquier caso, ahora entran en escena los aranceles de Donald Trump y otras medidas como los despidos masivos por parte del Departamento de Eficiencia Gubernamental de trabajadores de la Casa Blanca. Todos estos factores están generando incertidumbre en el gran argumento de la resistencia norteamericana. Respecto al impacto de los despidos masivos sobre el dato de febrero, este aún tardará meses de dejarse sentir con claridad. El empleo en el gobierno federal disminuyó en 10.000 en febrero, aunque las nóminas del gobierno en general aumentaron en 11.000, según BLS.
Desde Capital Economics defienden que "los temores de una economía desplomándose hacia la recesión con los recortes del gobierno pueden resurgir en el Informe de Empleo de marzo, cuando los recientes despidos del gobierno federal serán un lastre mucho mayor para el empleo de lo que fueron el mes pasado". Pero "como la contratación en el sector privado todavía se mantiene a un ritmo promedio trimestral bastante saludable de 169.000, esto sugiere que el mercado laboral puede manejarlo".
Coinciden los analistas de Commerzbank, que añaden que será a partir de marzo cuando empiece a sentirse el daño de las políticas de Trump y los recortes masivos de empleo público. "Los datos se recogen a día 12 de febrero por lo que todo esto es de antes de que realmente se produjesen los recortes". En cualquier caso señala que "la incertidumbre significativamente mayor y la probable renuencia resultante de las empresas a contratar nuevos empleados solo se reflejarán en los próximos informes". Recuerdan también que tampoco incluyen estos datos "los días posteriores a las idas y venidas de Trump con los aranceles".