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El precipitado rearme de Europa alumbra un inesperado ganador más allá de las acciones de defensa: la moneda de Suecia

Vista de la ciudad de Estocolmo. Foto: iStock

Este fin de semana, algo 'cambió' en Europa. El bronco encuentro entre el presidente de EEUU, Donald Trump, y el de Ucrania, Volodímir Zelenski, en la Casa Blanca el pasado viernes hizo que los líderes europeos cerraran filas durante la cumbre celebrada en Londres este fin de semana. El principal compromiso de la cita fue que Europa echará el resto por rearmarse en un mundo cada vez más peligroso en el que Washington ya no va a ser tan voluntarioso en la ayuda. Este precipitado propósito de rearme, cuya intención ya telegrafió el llamado a ser próximo canciller alemán, Friedrich Merz, al decir que Europa debería "independizarse" de EEUU con su victoria electoral aún reciente en la principal economía de la eurozona, ha tenido un primer y lógico ganador: el sectorial de la defensa. Pero también otro activo tan 'inesperado' como una divisa: la corona sueca.

La moneda de Suecia subió más de un 2% frente al dólar el lunes, superando a sus pares del G-10 después de que los líderes europeos impulsaran planes para aumentar el gasto de defensa y apoyar a Ucrania. La destacada industria militar del país se considera una de las principales beneficiarias de cualquier aumento de la financiación, y como resultado de ello su moneda se está fortaleciendo.

"La corona sueca sigue registrando un rendimiento notablemente superior al de sus homólogas del G-10, ya que parece ser la divisa preferida para aprovechar el optimismo del mercado ante un acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia y el impulso del gasto de la UE. Y lo que es más importante, la corona sueca es una divisa muy sensible al sentimiento de la eurozona, y el repunte de la renta variable europea está alimentando la subida de la corona esta semana", escribe este martes en una nota para clientes Francesco Pesole, estratega de divisas de ING.

Las exportaciones de defensa de Suecia se encuentran entre las mayores de las principales economías en cuanto a proporción del producto interior bruto (PIB). "La industria sueca de defensa representa una parte mayor del PIB en relación con Francia y Alemania, lo que aumenta el interés por comprar la maltrecha divisa", constata Marcus Widén, analista del banco sueco SEB. "Si bien las empresas suecas no se comparan en tamaño con las francesas o alemanas, como porcentaje del PIB el país está sobrerrepresentado", coincide Kit Juckes, jefe de estrategia cambiaria de Société Générale, quien también es optimista respecto de la corona.

Lo cierto es que las exportaciones suecas de grandes equipos de armamento han aumentado un 7% desde 2020, mientras que las exportaciones francesas han caído un 16%, según datos del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo. Las exportaciones de productos y servicios de defensa representaron el 0,6% de la producción económica de Suecia en 2023, en comparación con el 0,2% de Francia, que comúnmente se considera el mayor productor militar de Europa, según datos del gobierno del Reino Unido y el Banco Mundial compilados por Bloomberg.

"Suecia tiene una importante capacidad armamentística", afirma Jeremy Stretch, responsable de estrategia cambiaria de CIBC, que prevé que la corona se apreciará hasta 10,9 por euro a finales de año (este martes cotiza en torno a las 11,09 unidades por euro). "Como el gasto mundial en defensa, en particular en Europa, sólo va en una dirección, eso indicaría una demanda adicional y, por lo tanto, flujos transaccionales en la corona".

Si bien las exportaciones de defensa de Suecia son una fracción de las de potencias como EEUU, Corea del Sur o Francia, empresas suecas como la célebre SAAB, famosa por sus icónicos automóviles en los años 90 y que ayer repuntó hasta un 12% en la bolsa de Estocolmo, y BAE Systems producen de todo, desde aviones de combate y submarinos hasta armas de apoyo, vehículos de combate y plataformas de control y alerta temprana aerotransportadas.

Toda vez que los jefes de Estado europeos se apresuran a desbloquear cientos de miles de millones de euros para reforzar sus capacidades militares -la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció el martes una financiación potencial de casi 800.000 millones-, este gasto adicional podría dar a la economía sueca un impulso muy necesario, ya que ha luchado por recuperarse de una importante crisis inmobiliaria y su ciclo de reducción de los tipos de interés está llegando a su fin.

Los estrategas afirman que todo esto podría ayudar a que la corona se fortaleciera un 2,5% más para finales de año frente al euro. En Danske Bank, la estratega de divisas y tipos Kirstine Kundby-Nielsen ahora recomienda, en medio del aumento de la corona, que los inversores tomen ganancias en una posición larga que la firma había recomendado frente a la corona noruega en enero. Aun así, los movimientos en el mercado de opciones sugieren más subidas para la corona en los próximos tres a seis meses y todo apunta a que los operadores se han vuelto menos bajistas respecto de la moneda frente al euro desde abril.

Como los contratos de equipos de defensa suelen tener una duración más larga que los de otros bienes manufacturados, un aumento en la demanda probablemente llevaría a la necesidad de contratos de cobertura cambiaria más grandes durante períodos más largos, lo que también ayudaría a fortalecer la corona, señala Michel Gubel, estratega cambiario de Svenska Handelsbanken.

Sin embargo, no todos los analistas ven un panorama tan positivo. El propio Pesole, desde ING, no está convencido de una fortaleza duradera del SEK: "Esperamos que los aranceles estadounidenses de abril pesen sobre la confianza europea, y una corrección de la renta variable debería afectar más a la corona sueca que al euro. Por otra parte, los mercados podrían estar cerca de su punto máximo de optimismo en relación con Rusia-Ucrania, y una tregua subóptima para Ucrania y la UE pesaría sobre la corona". "Seguimos favoreciendo que el cruce euro/corona se mantenga por encima de 11 este verano", remata.

Un rearme que no tiene 'vuelta atrás'

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los estadounidenses han protegido a las democracias europeas de Rusia. Esta garantía de seguridad de 80 años es ahora cosa del pasado. En un discurso ante los miembros europeos de la OTAN, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, dijo recientemente que en el futuro los europeos tendrán que asumir la responsabilidad de su propia seguridad convencional.

"Esto no sería un problema si los dirigentes rusos quisieran la paz, pero el régimen de Putin aparentemente quiere recuperar al menos una parte del territorio que Rusia perdió tras el colapso de la Unión Soviética. Desde hace tiempo ha mostrado una actitud extremadamente agresiva hacia sus vecinos occidentales directos, como Polonia. En este sentido, es muy posible que Rusia ponga a prueba la preparación defensiva de las democracias occidentales, por ejemplo atacando a un país báltico, una vez que se haya recuperado militarmente de la guerra en Ucrania dentro de unos años. Hasta entonces, las fuerzas armadas de los miembros europeos de la OTAN deben ser lo suficientemente fuertes como para repeler de manera creíble un posible ataque convencional de Rusia sin la ayuda de EEUU", desarrollan en un informe para clientes Jörg Krämer y Ralph Solveen, analistas de Commerzbank

Frente a este poco benigno escenario, continúan desde el banco alemán, "los europeos no tienen actualmente esa capacidad militar, porque redujeron enormemente su gasto en defensa tras el colapso de la Unión Soviética". La mayoría de los países europeos de la OTAN no han alcanzado el objetivo fijado en 2014 de gastar el 2% del PIB en defensa durante muchos años. Si se compara con esa relación, la subinversión acumulada en los últimos diez años asciende a casi 700.000 millones de dólares, es decir, el 3,6% del PIB de los miembros europeos de la Alianza Atlántica.

Según el gobierno estadounidense, los europeos deberían aumentar su gasto en defensa hasta el 5% de su PIB para ser capaces de defenderse por sí mismos. Al final, este incremento podría quedarse en un 3,5% de consenso, pero seguiría siendo casi el doble de lo que la mayoría de los países han gastado recientemente. El gasto anual adicional para todos los países europeos de la OTAN ascendería a 280.000 millones de euros, estiman en Commerzbank. Un estudio del Instituto de Economía Mundial de Kiel llega a una cifra similar: 250.000 millones de euros. Se llegue o no estas cantidades, el rearme no tiene vuelta atrás y la corona sueca se puede seguir 'aprovechando'.

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