
Con la renta fija global se gana ya un 1,60% en lo que llevamos de año. Así lo refleja la subida por precio del índice Bloomberg Global Aggregate, que recoge el comportamiento de una cesta de bonos globales, y que ha vuelto a máximos de mediados de diciembre. Sólo en febrero, su repunte alcanza ya el 1%. No ha sido sin sufrir: este activo está experimentando un inicio de año volátil, a merced del baile de expectativas en cuanto a las bajadas de tipos y de la incertidumbre generada por la Administración Trump. Pero, pese a todo, ésta, y la inmensa mayoría de categorías de renta fija, están en positivo en 2025.
Los bonos globales se cuelan entre las categorías más alcistas en el presente año. La que más sube por precio es el high yield global, que se anota un 1,91% (ver gráfico); en segundo lugar está la deuda emergente en dólares, con un repunte del 1,79%; por su parte, los bonos ligados a la inflación se revalorizan un 1,74%, y los bonos soberanos suben un 1,68%. La volatilidad que ha sufrido este mercado queda patente si se tiene en cuenta que la rentabilidad del T-Note, el bono de EEUU a diez años, está actualmente en el entorno del 4,40%, frente al 4,80% que rozó a mediados de enero.
Tras las elecciones en Alemania de este domingo, que se saldaron con la victoria de la CDU, las principales referencias de deuda soberana sufrieron, en general, tímidas ventas en el mercado secundario el lunes, que elevaron sólo ligeramente las rentabilidades. El rendimiento del Bund alemán se situaba a media sesión en el 2,47%; el bono español a 10 años, por su parte, rondaba el 3,10%; su homólogo francés, el 3,22%; y el italiano se movía en el entorno del 3,62%. En los últimos días, la renta fija se ha visto afectada también por la propuesta de la UE de volver a congelar las reglas fiscales para que los estados miembros puedan dedicar más financiación a invertir en defensa, lo que presionó a la deuda ante un posible aumento de la oferta.
En general, los inversores conservadores están viendo cómo en lo que llevamos de año se revalorizan sus carteras de renta fija, pero, como decimos, no sin sufrir. El mismo índice de deuda global, el Bloomberg Global Aggregate, que ahora sube ese 1,60% en 2025, llegó a caer por precio un 1,60% en las dos primeras semanas del año. Las políticas arancelarias e inmigratorias, que son de carácter inflacionista, no ayudaron a este activo, al sembrar las dudas acerca de la capacidad de los bancos centrales para bajar los tipos de interés.
El mercado da por seguros actualmente tres recortes más en Europa de aquí a final de año, que se suman a los que ya ha ejecutado el BCE desde el pasado junio (el último de ellos, el pasado 30 de enero, hasta el 2,75%). En Estados Unidos, las estimaciones de bajadas del precio del dinero por parte de la Reserva Federal se han ido diluyendo hasta quedar reducidas a, como mucho, dos.
En palabras de Steve Ellis, CIO global del área de Renta Fija en Fidelity International, en los mercados de renta fija, un bono de EEUU por encima del 4,5% marcaría "el momento oportuno para elevar la duración en dólares en las carteras", sobre todo a la vista de la incertidumbre en la esfera política y teniendo en cuenta que los rendimientos generalmente han descendido desde estos niveles durante los últimos dos años. "En los mercados de deuda corporativa, los diferenciales se mueven en niveles extremadamente bajos", aunque los rendimientos siguen siendo atractivos "desde una óptica histórica". En este entorno de mercado, desde la gestora prefieren la deuda corporativa de mayor calidad "a la vista de su perfil riesgo-recompensa y sus características más defensivas", añade Ellis.