
En un mundo donde la innovación biotecnológica avanza a un ritmo sin precedentes, destinar una parte de la cartera a empresas emergentes con potencial disruptivo puede ser una jugada estratégica para aquellos inversores con visión a largo plazo. Como ocurrió con la revolución digital, la biotecnología aplicada a la longevidad está sentando las bases de lo que podría ser la próxima gran transformación en la ciencia y la salud.
El envejecimiento, históricamente visto como un proceso irreversible, es ahora el centro de una de las áreas más prometedoras de la biotecnología. Desde la reprogramación celular hasta los fármacos senolíticos que eliminan células envejecidas, las empresas que lideran este campo buscan no solo prolongar la esperanza de vida, sino mejorar la calidad de esos años adicionales. El objetivo es ambicioso: tratar el envejecimiento como una enfermedad en sí misma y desarrollar terapias que permitan retrasarlo o incluso revertirlo.
El sector ha atraído inversiones millonarias y el respaldo de nombres como Jeff Bezos y Sam Altman, lo que refleja la creciente convicción de que la longevidad extendida es un desafío alcanzable. En 2022, Altman invirtió en Retro Biosciences, una compañía que busca extender la vida humana en 10 años. Bezos, por su parte, ha apostado por Altos Labs, una startup dedicada a la reprogramación celular. Este creciente interés ha impulsado una ola de avances científicos en terapia génica, células madre y biotecnología regenerativa.
Aunque todavía en etapas iniciales, algunas compañías ya cotizan en bolsa y están llevando sus investigaciones a ensayos clínicos con potencial para revolucionar la medicina. La inversión en este sector no está exenta de riesgos, ya que muchas de estas empresas aún no han generado beneficios ni comercializado sus tratamientos. Sin embargo, para una cartera con horizonte de 20 años, representa una de esas oportunidades de largo plazo con alto potencial de revalorización. A continuación, analizaré algunas de las empresas más innovadoras en la búsqueda de la eterna juventud, aquellas que, aunque todavía en fase de desarrollo, podrían transformar la manera en que envejecemos y abrir nuevas fronteras en la biomedicina.
Unity Biotechnology (Nasdaq: UBX)
Unity Biotechnology es una de las pioneras en el desarrollo de terapias senolíticas, que tienen como objetivo eliminar las células senescentes responsables de la inflamación crónica y el deterioro del organismo con la edad. Inicialmente, la compañía apostó por enfermedades como la osteoartritis y la fibrosis pulmonar, aunque tras algunos ensayos clínicos fallidos, ha redirigido sus esfuerzos hacia enfermedades oftalmológicas relacionadas con el envejecimiento, como la degeneración macular y la retinopatía diabética. Actualmente, su fármaco UBX1325 se encuentra en ensayos clínicos avanzados y podría representar un avance significativo en el tratamiento de enfermedades degenerativas de la vista.
Técnicamente, lo más interesante es que el título estableció un probable suelo de largo plazo en los mínimos que marcó en octubre de 2022 en los 0,31 dólares. La buena noticia es que ya podemos identificar otro suelo en los 0,93 dólares, que son los mínimos que frenaron la última corrección del título el pasado mes de enero. Desde los mismos ha formado un rebote que tiene visos de que tratará de buscar nuevos máximos sobre los que marcó en 2023 en torno a los 6 dólares, sobre los cuales el camino estaría despejado hacia los altos de 2020 y 2021 en los 10 y 15,50 dólares.

Longeveron (Nasdaq: LGVN)
Longeveron se centra en terapias celulares regenerativas para tratar la fragilidad en adultos mayores y otras enfermedades asociadas al envejecimiento. Su activo principal, Lomecel-B, es una terapia basada en células madre derivadas de médula ósea, diseñadas para mejorar la función cardiovascular y reducir la inflamación. La compañía ha mostrado resultados prometedores en sus ensayos clínicos de fase II, con mejoras en la movilidad y la salud general de los pacientes. Además, Longeveron investiga el potencial de su tecnología para tratar enfermedades raras, como el síndrome del corazón izquierdo hipoplásico en bebés, lo que amplía su campo de aplicación más allá de la longevidad.
Desde el punto de vista técnico, es muy probable que Longeveron haya establecido un suelo de la tendencia bajista que inició en sus altos históricos del año 2021 en los 45 dólares en los mínimos del año 2024 en los 0,33 dólares. De hecho, si todo va bien ya no debería de perder ni los 0,78 dólares, que son los mínimos de junio del año pasado. En estos momentos cotiza en torno a los 2 dólares y me parece una opción muy interesante para diversificar en el sector en busca de que en cualquier momento desarrolle un nuevo impulso alcista que debería de tratar de marcar nuevos máximos sobre los del año pasado en los 6,30 dólares. Por encima de los mismos no encontraría resistencia digna de destacar hasta los 10 y los 17 dólares.

Seres Therapeutics (Nasdaq: MCRB)
Seres Therapeutics investiga el papel del microbioma en la longevidad y el envejecimiento saludable. Su plataforma de desarrollo de terapias se basa en la administración de bacterias intestinales beneficiosas para restaurar la microbiota y mejorar la salud inmunológica. Su principal candidato, SER-109, ha demostrado ser efectivo en el tratamiento de infecciones recurrentes por Clostridium difficile, una de las principales causas de muerte en hospitales debido a infecciones bacterianas resistentes. La compañía también explora aplicaciones de su tecnología en enfermedades metabólicas, autoinmunes y neurodegenerativas, lo que abre la puerta a nuevas estrategias para mejorar la salud y la longevidad mediante el control del microbioma.
Seres Therapeutics es la que podría decir que está desarrollando un patrón de giro alcista más claro a largo plazo, en forma de doble suelo en los 0,50 dólares, que se vería confirmado si supera resistencias en los 1,55 dólares. Buscando que supere esta resistencia Seres sería otra de las opciones para diversificar en el sector con una orientación a largo plazo.

BioVie Inc. (Nasdaq: BIVI)
BioVie está enfocada en el desarrollo de terapias para enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, dos de los principales desafíos médicos asociados al envejecimiento. Su fármaco experimental NE3107 busca reducir la inflamación crónica y el estrés oxidativo, factores clave en el deterioro cognitivo. En estudios preliminares, ha mostrado mejoras en la función cerebral y en la capacidad motora de los pacientes. Además, la compañía también investiga tratamientos para enfermedades hepáticas asociadas con la edad, lo que amplía su potencial en el mercado de la biotecnología enfocada en la longevidad.
Técnicamente, el título ha establecido un suelo en los 0,34 dólares, que son los mínimos de 2024. Si todo va bien y sus estudios no fracasan, ya no debería de perder ese nivel.
Estas compañías representan distintas aproximaciones dentro del sector de la longevidad, desde la eliminación de células senescentes hasta la regeneración celular y la modulación del microbioma. Su éxito dependerá de los avances clínicos, la aprobación regulatoria y la validación de sus tecnologías en el mercado. Aunque invertir en este sector conlleva riesgos inherentes, también abre la puerta a una de las áreas más prometedoras de la biotecnología moderna. La posibilidad de extender la vida humana de manera significativa ya no es solo una idea de ciencia ficción, sino un campo de estudio con aplicaciones concretas que podrían redefinir el futuro de la medicina y la salud.

Si tuviera que elegir dos dentro de este sector para la cartera de mis mellizos, apostaría por Seres Therapeutics y Longeveron.