
Hemos escuchado en algunas ocasiones que, para llegar a un buen acuerdo, las dos partes que lo firman tienen que acabar perdiendo algo. El estilo abusivo y gansteriano de Trump da la sensación que rompe con esta premisa, pero la realidad acaba demostrado que se trata de un perro muy ladrador pero no demasiado mordedor. El mundo se divide entre quienes adoran o demonizan al mandatario, pero no causa indiferencia. Los mercados sí le conocen, y por eso cuando un perro te muerde acabas haciéndote más daño al tirar para zafarte que por la marca que te hace para conseguir sus objetivos.
Después de que Trump retirara la amenaza de aranceles generales a Colombia, tras llegar a un acuerdo sobre el retorno de migrantes deportados, el mercado se convenció de que muerde pero no hiere. En la promulgación de los aranceles a Canadá y México quedó patente su disposición para sellar un acuerdo sobre seguridad fronteriza y alcanzar su objetivo de restringir la migración. El propio Scott Bessent, recién nombrado secretario del Tesoro de Estados Unidos, ha dicho textualmente que "los aranceles son contraproducentes y que no son un medio de ejercer presión".
El mercado va a convivir con la inestabilidad de un Trump que impone en las negociaciones el America First, eslogan que Wilson utilizó para que EEUU se mantuviese neutral en la Gran Guerra, sin la seguridad que los aranceles se vayan a imponer. Por el momento han dictado una sentencia parcial y compran la tranquilidad. Los que se impongan no generan una espiral inflacionista y prueba de ello es que esta misma semana todas las categorías de renta fija mundial se han puesto en positivo. Señal inequívoca de que el mercado ve la continuidad de la bajada de tipos más que su estancamiento.
Las compras de deuda se producen como refugio ante una situación de incertidumbre, pero me casaría más si coincidiese con ventas de bolsa, y esto no sucede. El norte de la brújula de los mercados sigue orientada hacia los beneficios y, tras haber presentado resultados la mitad de las compañías del S&P 500, el balance es que han superado un 7% las previsiones de ganancia. Más gasolina para justificar que se pague caro Wall Street.
De todas formas, la clave de los aranceles es la Unión Europea, especialmente para la Zona Euro, dado que la demanda de Estados Unidos supone el 5% de su PIB. En los últimos 12 meses, la primera economía del mundo importó a Canadá el 1,3% de su producto interior bruto; el 1,7% a México y el 1,5% a China. Es casi seguro que Europa intente comprar más armas y GNL (gas natural licuado) a EEUU para que Trump ladre menos. La UE tiene superávit exterior (es decir, exporta más de lo que importa) y uno de cada cinco euros que factura en el exterior son a EEUU. Habrá que negociar.