
Si algo quedó claro en el XIV Encuentro Nacional de la Inversión Colectiva, organizado este martes por APD, Deloitte e Inverco, es que pese al volumen acumulado en gestión discrecional de carteras desde la entrada en vigor de Mifid II, y que junto al asesoramiento ya representa más del 70% en la distribución de fondos de inversión, es un segmento al que le queda todavía mucho recorrido, como demuestra el hecho de que ante el próximo vencimiento de aproximadamente 80.000 millones en fondos de buy and hold lanzados en los últimos años, al calor de la subida de tipos por parte de los bancos centrales, el sector se enfrenta al reto de retener a unos ahorradores que en ausencia de una mayor rentabilidad en otros productos financieros, como los depósitos, optaron por colocar su dinero en fondos de corte muy conservador, como los monetarios o los de deuda pública. Ahora, con el proceso inverso de bajadas de tipos, el reto es convencer de que deben dar un paso más y delegar la gestión de su patrimonio mediante carteras perfiladas que permitan eficientar los rendimientos a largo plazo.
Un reto, el de transformar a los ahorradores en inversores, que tiene lugar al mismo tiempo que acontece una de las mayores metamorfosis del sector, con la revolución tecnológica que implica la inteligencia artificial a la hora de perfilar a los clientes y gestionar las carteras, y con la competencia de la gestión pasiva facilitada por un acceso cada vez más fácil a través de nuevas plataformas de distribución. La personalización de las carteras hasta el punto de singularizar las opciones para cada uno de los clientes, que suena a ciencia ficción, será una posibilidad muy real en el futuro, y las gestoras ya están estudiando cómo aterrizan estas innovaciones en sus procesos operativos.
Digitalización y gestión pasiva que en Europa ya comienzan a ser una realidad palpable y que será un desafío para las gestoras españolas. Unos datos ofrecidos por BlackRock muestran la envergadura del asunto: el 30% de los fondos de inversión en Europa se distribuye ya vía plataformas digitales (con un crecimiento esperado del 10% anual), mientras que la gestión de carteras y el asesoramiento acaparan el 40% de la distribución en el canal de altos patrimonios, en parte por la sobreponderación de Reino Unido y Holanda, donde están vetadas las retrocesiones en la comercialización de fondos, algo que las gestoras creen que terminará por implementarse más pronto que tarde en el resto de países.
Así que el impulso de la gestión de carteras será un hecho que ninguna firma podrá dejar atrás para diferenciarse en la cadena de valor para los inversores.