Bolsa, mercados y cotizaciones

El histórico plan de estímulo de China no será suficiente: harán falta medidas más decisivas para evitar la japonización

  • Los analistas coinciden en que el último paquete de estímulos es insuficiente
  • El déficit comercial, la sobreproducción y el exceso de regulación siguen siendo un lastre
  • Lazard: "China necesita reformas estructurales adicionales para dinamizar el consumo"
China necesitará nuevos estímulos para dar carpetazo a la crisis. Foto: iStock
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China quiere evitar a toda costa convertirse en el nuevo Japón. La economía del gigante asiático cada vez muestra más síntomas de seguir los pasos de su vecino, y de transitar el mismo camino que siguió el país nipón, que ha sufrido tres décadas de estancamiento y deflación, y un mercado financiero que no ha podido competir con sus comparables europeos y americanos durante ese periodo. La semana pasada China anunció un nuevo paquete de medidas de estímulo con el objetivo de revitalizar la economía del país y conseguir dejar atrás la crisis que le azota en los últimos años. Sin embargo, el reto que tiene el gobierno por delante es enorme, y a pesar de la contundencia del último paquete de estímulos, los analistas coinciden en que el país tendrá que hacer más para conseguir salir del atolladero.

Pekín ha lanzado una auténtica batería de medidas para dar un impulso a la economía del país, centrándose especialmente en revitalizar el consumo, apoyar a los mercados financieros del país y también en mejorar la situación del sector inmobiliario, tanto por parte de la oferta, como de la demanda. Desde flexibilizar las exigencias para la compra de casas, hasta recortes de tipos y de costes hipotecarios, pasando por inyecciones de liquidez para que las cotizadas recompren sus acciones en bolsa… Pekín ha querido lanzar un paquete de medidas contundente para convencer a los mercados de su determinación de estabilizar la situación.

Los inversores han reaccionado a estas medidas con optimismo, generando fuertes subidas durante los últimos días, que han llevado al índice de bolsa china CSI 300 a rebotar un 25% en 5 sesiones, viviendo una de las jornadas más alcistas desde 2008 la semana pasada, y volver a entrar en una situación de mercado alcista. Y no sólo la bolsa china se ha beneficiado de las medidas que ha lanzado Pekín; la cotización del hierro, por ejemplo, también remonta más del 20% en las últimas jornadas, y ha confirmado que vuelve a ser un mercado alcista.

El problema para China es que, una cosa es conseguir dar un impulso alcista al mercado por una inyección de optimismo tras el anuncio de las nuevas medidas, y otra, que estas sean suficientes como para poner en orden la economía de un país que tiene retos importantes que resolver. Los expertos han analizado la batería de decisiones que ha anunciado China en los últimos días, y su veredicto es muy claro: no es suficiente. En opinión de los analistas, Pekín tendrá que dar más pasos adelante en el corto plazo si quiere resolver sus problemas y dejar atrás la crisis. Después de anunciar la batería de medidas de política monetaria, los expertos coinciden en que será necesario que se adopten nuevas medidas de estímulo fiscal para que el país consiga alcanzar sus objetivos.

Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard, explica cómo "las medidas adoptadas la semana pasada siguen siendo insuficientes para resolver los problemas económicos subyacentes del país, pero indican que el Gobierno se está movilizando en múltiples frentes de forma coordinada para atacar los problemas que aquejan a la economía", destaca Temple. El experto señala cómo "han aumentado las especulaciones de que estas medidas irán seguidas de un estímulo fiscal, probablemente en forma de una emisión adicional de bonos a muy largo plazo", destaca. "Sin embargo, más allá del estímulo monetario y fiscal, China necesita reformas estructurales adicionales para facilitar el aumento del consumo y la disminución del ahorro de los hogares", recuerda.

Los retos de China y la necesidad de un paquete fiscal de estímulos

China tiene tres retos por delante que va a tener que solucionar, y para los que las medidas que han sido anunciadas parece que serán insuficientes. "Aunque la economía china necesita recuperar su dinamismo, es poco probable que los anuncios del Tercer Pleno tengan un impacto positivo en la confianza de consumidores e inversores", explica Alicia García Herrero, economista jefe para Asia-Pacífico en Natixis CIB.

A juicio de García Herrero, China tiene 10 puntos conflictivos que tiene que solucionar: el poco margen fiscal; la limitación que impone la presión sobre el yuan a la política monetaria y la rentabilidad bancaria; el modelo de crecimiento basado en la oferta, pero sin suficiente demanda interna; la dependencia en la demanda externa; la presión deflacionista por exceso de capacidad; un consumo privado lastrado por la tasa de ahorro más alta del mundo; un ajuste incompleto del sector inmobiliario; un exceso de inversión a costa de rendimientos cada vez más bajos en la renta fija; el envejecimiento de la población y, por último, la competición contra Estados Unidos en el frente de la tecnología.

Para García Herrero, este contexto hace que China se sienta obligada a solucionar tres cuestiones. En primer lugar, "cómo reequilibrar el comercio exterior, lo que exigiría un fortalecimiento del consumo privado"; en segundo, "relacionado con la primera cuestión, es el creciente problema de la sobreproducción en China, en un momento en el que se incrementa el proteccionismo contra las importaciones chinas; por último, destaca cómo "el sector privado se ha visto cada vez más socavado por estrictas normativas".

Por su parte, David Rees, economista senior de mercados emergentes de Schroders, tiene claro que "para que China vuelva a superar las expectativas de crecimiento, se necesitan medidas políticas más decisivas", explicaba antes del anuncio de las autoridades, pero destaca cómo "salvo que se adopten medidas de estímulo fiscal, creemos que China no alcanzará su objetivo de crecimiento del PIB del 5% este año, y que la actividad económica se enfriará aún más en 2025". Este paquete de estímulos fiscales es el que reclaman los expertos una y otra vez.

Sophie Altermatt, economista de Julius Baer, considera que "las medidas anunciadas hasta ahora tendrán poco impacto en la economía real, y se sabe muy poco de qué decisiones se van a tomar" después del último paquete de estímulos. Altermatt destaca cómo "para la economía china, las medidas de apoyo anunciadas por el banco central hasta la fecha han sido unos primeros pasos a los que damos la bienvenida, pero van a tener poco impacto a la hora de encarar el problema de demanda que sufre la economía", señala. La economista confirma la necesidad de nuevos estímulos fiscales, y explica cómo "de cara a mejorar el consumo doméstico de forma sostenible, el apoyo fiscal a los ingresos de los hogares debe ir más allá de transferencias puntuales, y debería estar más orientado a mejorar el sistema de pensiones y de seguridad social", destaca.

Rees confirma la opinión de Altermatt, ya que reconoce cómo "el estímulo fiscal ha apoyado la actividad en algunos sectores, como la inversión en infraestructuras, pero hasta ahora no ha sido lo suficientemente grande como para compensar la crisis inmobiliaria. De hecho, como muestra el desglose del impulso crediticio, mientras que la emisión de deuda pública ha sido una fuerza positiva, la debilidad de los préstamos bancarios ha arrastrado a la baja el impulso crediticio", explica. El problema a corto plazo es que hay unas elecciones presidenciales en Estados Unidos en noviembre, y cómo explica Rees, "es posible que los responsables políticos estén a la espera de los resultados de las elecciones estadounidenses de noviembre, que podrían tener importantes repercusiones para la economía y los mercados financieros chinos. En cualquier caso, se necesitan medidas mucho más decisivas para que China vuelva a superar las expectativas", indica.

El equipo de analistas de Bank of America que encabeza Helen Qiao confirma cómo "que las últimas medidas adoptadas sean sostenibles y consigan aumentar el crecimiento de la demanda doméstica dependerá de las medidas que se adopten ahora, especialmente si se hacen de forma coordinada. Esperamos que el Ministerio de Finanzas adopte nuevas medidas de estímulo fiscal en las próximas semanas, que pueden incluir, pero que no se limiten, a la emisión de bonos especiales para apoyar al consumo y al sector inmobiliario".

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