El sector mundial del automóvil está viviendo una nueva jornada funesta en bolsa. Este lunes se ha dado una especie de 'tormenta perfecta' en medio de la debilidad de los clásicos del sector que está dejando fuertes caídas. Las malas previsiones de negocio lanzadas desde el viernes por algunas marcas punteras han devuelto las dudas a los inversores. Los coches no acaban de arrancar tras el túnel de la pandemia y ante unas carreteras cuyas nuevas 'curvas' siguen el trazado de China.
Los principales titulares vuelven a ser para el gigante alemán Volkswagen. El emblemático fabricante germano encadena malas noticias y, tras el golpe que supuso su anuncio de posibles cierres en plantas nacionales, el profit warning (advertencia sobre beneficios) que lanzó el pasado viernes, el segundo en tres meses, le ha hecho perder más de un 4,5% en la bolsa alemana este lunes.
El fabricante alemán recortó el viernes las expectativas de ingresos, beneficios y flujo de caja debido a la disminución de la demanda de sus coches. La compañía espera entregar menos vehículos este año que en 2023, su cuarta caída anual de ventas en cinco años. La advertencia subraya el alcance de la crisis de Volkswagen, que ha fracasado en la transición a los vehículos eléctricos y ha perdido relevancia en China, donde sus marcas VW, Audi y Porsche están perdiendo cuota de mercado. En Europa, el Consejero Delegado, Oliver Blume, se enfrenta a nuevos competidores, como la china BYD , así como a un conflicto con los sindicatos sobre posibles recortes de empleo y los citados cierres de plantas sin precedentes.
Los tres principales fabricantes de automóviles alemanes -Volkswagen, Mercedes-Benz Group y BMW- han lanzado ya profit warnings obre sus beneficios este mes. El desplome de China y la creciente competencia de los fabricantes de vehículos eléctricos, como Tesla, están obligando a los fabricantes de automóviles a aplicar descuentos, lo que reduce los márgenes. El descenso de la confianza de los consumidores está minando la demanda de coches con motor de combustión. La caída de VW arrastra a BMW, que se ha dejado también más de un 2%.
Volkswagen había dominado las ventas de coches de gasolina en China, pero no pudo seguir el ritmo del rápido cambio a los vehículos eléctricos en el mayor mercado de automóviles. Allí, rivales locales como BYD han tomado la delantera con modelos innovadores y asequibles. Para intentar dar la vuelta a la situación, VW está cerrando plantas, estableciendo alianzas con fabricantes locales como Xpeng Inc. y promoviendo una nueva marca de vehículos eléctricos dirigida a los compradores más jóvenes.
Las marcas premium propiedad de VW, como Audi y Porsche, han sido la mayor fuente de beneficios del fabricante de automóviles en los últimos años, pero han empezado a pasar apuros en el mercado clave del sector. Las ventas del fabricante del 911 en China se desplomaron un 33% en el primer semestre, ya que los compradores de lujo se abstuvieron de comprar.
"Los beneficios de escala de Volkswagen en China probablemente han tocado techo a medida que los clientes locales comienzan a favorecer a las marcas nacionales", señala a Bloomberg Matthias Schmidt, un analista independiente de automóviles con sede cerca de Hamburgo, añadiendo que la "brutal" guerra de precios allí está perjudicando los resultados de VW.
Mientras en China el cambio a los vehículos eléctricos está en pleno apogeo, Europa se está quedando atrás. Las ventas se han ralentizado después de que países como Alemania y Suecia redujeran o eliminaran los incentivos, cogiendo desprevenidos a VW y a sus homólogos europeos Stellantis y Renault. Los fabricantes chinos de vehículos eléctricos, como BYD y MG (propiedad de SAIC Motor, socio de VW), se han lanzado al ruedo con ofertas de bajo coste.
Más fabricantes en apuros
Las acciones de Stellantis y Aston Martin también caen con sonoridad después de que los fabricantes de automóviles recortaran sus previsiones el lunes, sumándose al dolor de la industria automovilística europea.
En el caso de Stellantis, el conglomerado que aglutina a marcas como Peugeot, Citroën, Opel, Fiat o Chrysler, ha reducido drásticamente su previsión de margen de beneficios para el año, citando planes para reducir la producción y gastar más en incentivos promocionales en un mercado automovilístico más competitivo y en desaceleración. El margen de beneficio operativo ajustado se reducirá a entre el 5,5% y el 7% este año, frente a la previsión anterior de un porcentaje de dos dígitos, dijo el fabricante de automóviles el lunes en un comunicado. Stellantis también proyecta ahora que el flujo de caja libre industrial oscilará entre 5.000 millones de euros (5.600 millones de dólares) y 10.000 millones de euros negativos, frente a la previsión anterior de generación de caja positiva. Las acciones de Stellantis se han llegado a desplomar más de un 14% en la bolsa de París y arrastra a otros valores del sector como Renault, que han borrado más de un 5%.
Stellantis promete ahora una acción más agresiva para volver a alinear el suministro de vehículos, con el objetivo de no superar las 330.000 unidades de inventario de los concesionarios a finales de año, en lugar del primer trimestre de 2025. El fabricante pretende conseguirlo fabricando 200.000 vehículos menos en el segundo semestre -el doble de la reducción prevista anteriormente- y aumentando el gasto en incentivos.
Por su parte, la británica Aston Martin ha rebajado sus previsiones para el año, achacando la interrupción de la cadena de suministro y también a la debilidad de la demanda en China. Las acciones se han hundido hasta un 25% en la bolsa de Londres. El fabricante de automóviles de lujo prevé que las ventas anuales serán ahora unos 1.000 vehículos inferiores a las anteriores, según ha anunciado este lunes. El beneficio ajustado antes de intereses, impuestos y amortizaciones será ligeramente inferior al del año pasado, y el fabricante de automóviles ya no espera un flujo de caja libre positivo durante la segunda parte del año.
Otra fuerte caída ha llegado esta madrugada desde Japón. Las acciones del gigante Toyota han borrado un 7,6% en la bolsa nipona. Los retrocesos han sido severos en Tokio después de que haya trascendido que el nuevo primer ministro, Shigero Ishiba, se haya comprometido con un yen más fuerte y nuevos impuestos a empresas, lo que ha sentado mal a las grandes cotizadas. Aparte de eso, el viernes ya con la bolsa japonesa cerrada trascendió que las ventas de Toyota volvieron a caer después de que los descensos en Japón y China pusieran fin a una efímera recuperación, mientras que la producción se vio perturbada por los escándalos internos -la oposición al presidente, Akio Toyoda, crece en el consejo- y las llamadas a revisión en el extranjero. Las caídas en Japón se han extendido Honda y Mazda, que han perdido más de un 7%, y a Mitsubishi, Nissan y Suzuki, que han retrocedido en torno a un 6%.
La producción mundial, incluida la de las filiales Daihatsu Motor e Hino Motors, cayó en agosto un 12,6% respecto al año anterior, hasta 808.023 unidades, según informó la empresa el viernes. Las ventas mundiales cayeron un 3,7% interanual tras un aumento del 0,7% en julio. Las ventas de Toyota cayeron más de un 9% en Japón al sentir el impacto retardado de los recientes escándalos regulatorios relacionados con la falsificación de certificaciones de seguridad de vehículos, que obligaron a varios de los mayores fabricantes de automóviles del país a suspender la producción de los modelos afectados.
Sus coches híbridos de gas y electricidad volvieron a ganar popularidad a medida que se estabilizaba la demanda de vehículos eléctricos, pero la caída mundial de las ventas de coches nuevos y la intensa competencia en China están lastrando al mayor fabricante de automóviles del mundo.