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El indicador fetiche de la Fed para la inflación de EEUU abre la puerta a otro recorte 'jumbo' de tipos en noviembre

  • El deflactor del PCE subyacente registró un débil 0,1% intermensual en agosto
  • Los operadores dan ya más de un 50% de opciones a otro recorte de 50 puntos
  • Los datos oficiales de empleo de septiembre tienen ahora la palabra

La inflación de EEUU medida por el deflactor del gasto en consumo personal (PCE) sorprendió a la baja en agosto, lo que allana el camino de la Reserva Federal para seguir recortando los tipos de interés. El deflactor general PCE registró el mes pasado un avance del 2,2% interanual frente al 2,5% de julio y el 2,3% esperado. El deflactor del PCE subyacente (sin energía ni alimentos), indicador fetiche de la Fed, repunta una décima hasta el 2,7%. Sin embargo, la tasa intermensual de ambos índices ha sido del 0,1%, por debajo del 0,2%, lo que aquilata la lectura de sólida desinflación. La conclusión entre los analistas es que estos datos abren la puerta a otro recorte 'jumbo' de 50 puntos básicos en noviembre, con permiso del próximo informe oficial de empleo, relativo a septiembre y que se publicará la semana próxima.

Los datos de inflación de agosto publicados este viernes por la Oficina de Análisis Económico (BEA) del Departamento de Comercio, que tienen una ponderación diferente (menos peso a la vivienda, por ejemplo) a la del índice de precios al consumo (IPC) que publica el Departamento de Trabajo, muestran un enfriamiento generalizado. Los precios de los servicios, excluyendo la vivienda y la energía, aumentaron un 0,2% por segundo mes. Los precios de los bienes, excluyendo los alimentos y la energía, disminuyeron un 0,2%, la mayor caída en tres meses.

"Tal y como calculamos basándonos en los datos de precios publicados anteriormente, el deflactor del PCE subyacente aumentó un discreto 0,13% intermensual en agosto, mientras que el deflactor general subió un 0,09% intermensual. Es cierto que, aunque el aumento mensual de los precios subyacentes equivale solo a un 1,6% anualizado, la tasa de inflación trimestral anualizada vuelve a subir hasta el 2,1%, con efectos de base desfavorables que han empujado la tasa interanual hasta el 2,7% (2,678%) desde el 2,6% (2,649%)", explica Paul Ashworth, de Capital Economics, en una nota para clientes.

Los rendimientos de los bonos del Tesoro y el dólar han caído debido a las expectativas de que las cifras mantendrán a la Fed en camino de aplicar más recortes de tipos en los próximos meses, al tiempo que alimentan el debate en curso sobre cuán grandes deben ser esos recortes. El banco central optó por un recorte mayor a lo normal de medio punto este mes para iniciar su ciclo de flexibilización, y los inversores están divididos sobre si tomará una medida similar en su reunión del próximo 6 y 7 de noviembre u optará por un movimiento más pequeño. Según la herramienta FedWatch, que recoge el 'baile' de los futuros, los operadores dan ya más de un 50% de probabilidades al recorte de 50 puntos básicos en noviembre. Hasta ahora ese porcentaje se mantenía justo por debajo del 50%.

"Este informe de PCE mantiene vivas las esperanzas de un recorte de 50 puntos básicos en noviembre, pero las nóminas siguen siendo la clave de cara al futuro", sintetiza Ole S. Hansen, estratega de Saxo Bank. "Los fríos datos de inflación apoyan otro recorte de tipos de 50 puntos básicos en noviembre", coincide Jesse Cohen, analista de mercados de Investing.

"Añadan el índice de precios del PCE de agosto a la lista de datos económicos que aterrizan en un punto dulce", afirma Chris Larkin, director gerente de trading e inversión de E*Trade. "La inflación sigue manteniendo la cabeza baja, y aunque el crecimiento económico puede estar ralentizándose, no hay indicios de que esté cayendo por un precipicio". Este mismo jueves, la propia BEA mantenía en un 3% anualizado el crecimiento del producto interior bruto (PIB) en el segundo trimestre del año.

"Los datos hablan de un aterrizaje suave -y hay que respetar los datos-, pero los indicadores prospectivos están dando señales de alarma", apunta Andrew Pease, responsable mundial de estrategia de inversión de Russell Investments. "El descenso hacia un aterrizaje suave siempre tendrá el mismo aspecto que el inicio de una recesión. Y no se sabrá hasta después de haber llegado allí", avisa.

Es por ello que se espera con ahínco el próximo informe de empleo. Profetas de la recesión y la no-recesión se están enfrentando como hace un año con cada dato que sale a la palestra. Si unos han blandido la última encuesta de confianza del consumidor del Conference Board como vaticinio de que el paro escalará rápidamente por encima del 5% (las proyecciones de la Fed lo sitúan en el 4,4% para final de año), otros se atrincheran en los datos de paro semanal, compatibles con nuevas fuertes lecturas de nóminas no agrícolas en los próximos informes de empleo de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS). La tasa de desempleo se situó en el 4,2% en agosto y se espera que se mantenga estable en septiembre.

Aunque el consenso de analistas ha reducido las probabilidades de una recesión en EEUU durante el próximo año de un 31,5% a un ??30%, se espera que la economía cambie a una marcha más lenta para fines de este año. El PIB promediará el 1,8% en 2025 después de un 2,6% previsto para este año, mientras que la Reserva Federal cree que el PIB se mantendrá en el 2% entre 2024 y 2026.

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