
Son muchas las argucias y estratagemas que Moscú ha utilizado para 'colar' su petróleo y gas por medio mundo esquivando las sanciones. Esta lucha entre Rusia y Occidente recuerda en cierta medida al juego de gato y el ratón. Cada vez que parece que el gato (Occidente) va a atrapar al ratón (Rusia y su flota en la sombra), el ratón inventa un nuevo quiebro que sorprende a un gato que debe redirigir su persecución para intentar atrapar a su presa. Cuando parecía que ya se le habían acabado las ideas a Moscú y que EEUU y sus aliados tenían fichados y sancionados a los buques más activos de la flota en la sombra, aparecen nuevos y originales planes para hacer de la actividad rusa con el petróleo algo aún más opaco y difícil de rastrear.
A primera vista, un apartamento ubicado a unos 150 kilómetros al sureste de la ciudad india de Bombay parece una vivienda familiar ordinaria. Una pared envejecida y desconchada, con una bicicleta infantil apoyada en la entrada lo indican. Sin embargo, detrás de esta fachada aparentemente inocente se oculta un engranaje crucial en el complicado esfuerzo de Rusia por esquivar las sanciones impuestas por Estados Unidos a su industria energética.
Desde junio de este año, este modesto hogar es la dirección registrada de Ocean Speedstar Solutions, una empresa que apoya a la flota fantasma de buques tanque rusos encargados de exportar gas natural licuado (GNL) desde la emblemática planta Arctic LNG 2. A pesar de que estas operaciones han sido objeto de sanciones internacionales, Rusia sigue encontrando formas creativas de mantener el flujo de su gas en los mercados globales.
La historia del apartamento en cuestión involucra a Nikhil Ganesh Ghorpade, un fotoperiodista que afirma no tener ninguna conexión previa con la industria energética, según explica en declaraciones a Bloomberg. Según cuenta, un amigo lo convenció de usar su nombre y dirección como representante de la compañía, sin ser consciente de su papel en esta red internacional. Ahora, Ghorpade figura en el registro oficial indio como el único director de Ocean Speedstar Solutions, la cual se ha convertido en un eslabón vital en un intrincado esquema que conecta a Rusia, India, China y Dubai.
Una red para esquivar las sanciones
El proyecto Arctic LNG 2, considerado un pilar del orgullo nacional ruso, se ha enfrentado duros obstáculos desde que Occidente impuso sanciones a raíz de la invasión rusa de Ucrania en 2022. Sin embargo, el presidente ruso, Vladímir Putin, no está dispuesto a permitir que estas restricciones detengan el comercio de gas natural del país, especialmente ahora que Rusia ha perdido a Europa como su principal cliente.

Moscú tiene grandes esperanzas depositadas en la instalación, la mayor planta de gas de Rusia, que podría llegar a producir hasta 20 millones de toneladas de combustible al año. La construcción a gran escala comenzó en 2019 con el objetivo de captar una mayor cuota de mercado en Asia, donde se prevé que la demanda crezca un 40% hasta 2030. Rusia tiene la ambición de controlar el 20% del mercado mundial para finales de la década, en comparación con apenas el 8% del año pasado.
En este contexto, Rusia ha tejido una compleja red de empresas y personas dispuestas a actuar como intermediarios, y Ocean Speedstar Solutions es solo una de las muchas piezas de este rompecabezas. Para mantener en funcionamiento su infraestructura energética, Moscú ha recurrido a tácticas que incluyen la falsificación de ubicaciones y la creación de flotas fantasmas, todo con el fin de sortear los mecanismos de supervisión internacionales.
El analista Kjell Eikland lo describe como una estrategia para "complicar, confundir y retrasar". Mientras Rusia organiza toda la logística y las ventas del gas, busca personas dispuestas a prestar sus nombres y direcciones para registrar empresas, a menudo encontrando individuos necesitados de dinero.
"Rusia ha ido creando una pequeña flota de buques metaneros convencionales desde principios de este año, centrándose en las unidades más antiguas del mercado de segunda mano. Los buques no tienen especificaciones de clase hielo, pero pueden cargar directamente en aguas no heladas durante los meses de verano, de julio a octubre", constata en un informe Fraser Carson, analista principal de investigación global de gas natural licuado (GNL) de Wood Mackenzie.
Los esfuerzos para construir una flota paralela comenzaron en serio en marzo de 2024. Nur Global Shipping, con sede en Dubai, compró varios buques metaneros antiguos que de otro modo habrían sido enviados al desguace. Nur llamó la atención de los comerciantes de GNL al pagar más de 50 millones de dólares por cada uno de algunos buques, una prima inusualmente alta para barcos tan antiguos y que no cumplen con las últimas normas ambientales, dicen comerciantes y corredores marítimos, que pidieron no ser identificados porque no están autorizados a hablar con los medios. La dirección que utiliza Nur es la del Hotel Meydan, ubicado en una zona de libre comercio de Dubái que ya había sido criticada por funcionarios estadounidenses y algunos locales por su falta de transparencia.
Consecuencias económicas y geopolíticas
A pesar de los riesgos, el gobierno ruso está decidido a triplicar sus exportaciones de GNL para 2030, lo que la convierte en una pieza clave de la economía rusa post-conflicto. El propio Putin destacó en un discurso reciente que proyectos como Arctic LNG 2 no solo son cruciales para la economía rusa, sino que también ayudarán a consolidar su posición en el mercado global del GNL.
Sin embargo, la red de elusión de sanciones está lejos de ser perfecta. A medida que se acerca el invierno, la ventana para que los barcos atraviesen las aguas heladas del Ártico se estrecha, y no está claro si Rusia logrará encontrar suficientes compradores dispuestos a arriesgarse a contravenir las sanciones de EEUU. Mientras tanto, la administración estadounidense sigue de cerca estas maniobras. Geoffrey Pyatt, el principal funcionario de energía del Departamento de Estado de EEUU ha asegurado que harán todo lo posible para frustrar los intentos rusos de evadir las sanciones y mantener sus ingresos energéticos.
El éxito o el fracaso de Putin se darán en un mercado en el que se prevé que la oferta de GNL vaya en aumento. Según el último boletín de Bank of America (BofA) con previsiones, el crecimiento de la oferta de GNL en 2024 debería ser el más bajo en casi una década, con un aumento interanual de 3-4 millones de toneladas, impulsado por las interrupciones de Freeport LNG, las menores exportaciones de Oriente Medio y el Norte de África y la puesta en marcha de proyectos en el segundo semestre. Mientras tanto, la fuerte demanda asiática de refrigeración en verano compensará las tibias importaciones europeas.
En 2025, continúa el informe, la oferta de GNL debería aumentar en 26 millones de toneladas, impulsada por Plaquemines, CC3 y LNG Canada, mientras que la interrupción de los flujos de gas ruso este invierno debería estimular la demanda europea de GNL, con Asia Oriental absorbiendo el resto. El crecimiento de la oferta debería alcanzar los 28 millones de toneladas en 2026 con la puesta en marcha de Golden Pass, Plaquemines 2 y Qatar's NF East. Es probable que casi 55 millones de toneladas de GNL suministradas en dos años aflojen los equilibrios en 2026, a menos que el clima impulse el consumo por encima de lo normal.
La importancia de India en la red
El papel de India en esta red de evasión ha suscitado críticas. Aunque el país no reconoce las sanciones unilaterales, su aparente participación en estas operaciones podría complicar sus relaciones diplomáticas con Estados Unidos y otros aliados occidentales. La embajada india no ha respondido a las solicitudes de comentarios sobre el papel de las empresas indias en este esquema. Mientras tanto, en el pequeño apartamento al sureste de Bombay, Nikhil Ganesh Ghorpade sigue viviendo una realidad que dista mucho de la imagen pública de Ocean Speedstar Solutions, ahora atrapado en el centro de una intrincada trama geopolítica.
Aunque en este caso poniendo el foco más en el petróleo, uno de los analistas más combativo con las arteras maniobras de Moscú, Robin Brooks, director gerente del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), ve especialmente lacerante el caso de la India: "India se ha convertido en una enorme refinería de petróleo ruso. Eso estaría bien si el petróleo ruso llegara a la India en buques occidentales que operan bajo el tope del G-7 (la medida impuesta por Occidente para topar en 60 dólares el barril el crudo ruso y que ha hecho aguas repetidamente), pero gran parte de este petróleo se envía en la flota sombra de Putin, lo que significa que la India está ayudando a financiar la invasión rusa de Ucrania. Esto debe acabar".