Bolsa, mercados y cotizaciones

Todo alineado para bajar los tipos: ¿en cuánto y hasta cuándo?

  • El mercado reaccionaba bien con datos malos, porque quitaban presión a los tipos
  • Ahora hay que tener en cuenta más cosas aparte de la inflación y los bancos centrales
  • Qué hacer hoy si invierte con Ecotrader
Hay que tener en cuenta más cosas aparte de los bancos centrales
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La situación económica actual merece ser revisada porque empieza a distar lo suficiente de la que veníamos viendo durante un largo período. Después de dos largos años de restricción monetaria en forma de escudo que se protegía de un enemigo no muy predecible en sus armas y formas de comportamiento, como es la inflación, que no es siempre atribuible a las mismas causas, y con toda la literatura en contra de que ese arte de guerra fuera el adecuado para vencerla, pasamos a tener que mirar las cosas de otra forma. Porque, mientras se lucha, se pueden descuidar otras cosas; mejor vigilar la ropa mientras uno se baña.

Los efectos colaterales de toda esa subida de tipos se tienen que ir haciendo palpables si los ciclos se cumplen, que lo hacen, por mucho que se alargue una situación de economías más o menos boyantes o estables. Y esto ocurre cuando empezamos a anticipar períodos económicos menos alegres, acelerando los efectos además si el precio del dinero no cede, algo que sufren tantos agentes fundamentales en la evolución de la economía.

Hemos vivido situaciones que podríamos definir como antinaturales, donde los mercados reaccionaban bien cuando los datos eran malos, fundamentalmente porque quitaban presión a los tipos. Realmente lo que hacían era suavizar las ganas y la necesidad de los bancos centrales de seguir restringiendo la política monetaria a través de nuevas subidas que han ido gustando cada vez menos al mercado, especialmente a algunos sectores e industrias.

Esta situación afectaba a muchos, si no a todos: al que quiere invertir y necesita dinero, al que quiere promover o emprender, al que quiere consumir y a casi todo el que no quiere ahorrar. También en términos más generales a las empresas más endeudadas de esos sectores valor más maduros y que no ven compensados los tipos altos con lo que tantas veces acompaña a ese movimiento, una economía en crecimiento, sobre todo desde que ha empezado a mostrar algo más de debilidad. Y además a los sectores de mayores crecimientos futuros, los sectores crecimiento, porque la valoración de sus negocios a valor actual suponía descontar flujos a tipos elevados. Bien es verdad que a este tipo de industria le han venido bien algunas euforias producidas en torno a aspectos relacionados con la Inteligencia Artificial. Si todo eso es una burbuja o no se irá viendo mientras el globo vaya tomando volumen.

En este punto parece que hay que pasar a concebir todo de otra forma. El Banco Central Europeo (BCE) anticipó ya mucho antes de junio que había que empezar a "cambiar de juego" y poca opción más tuvo que cumplir con lo telegrafiado, quizás algo pronto. Era la primera vez que el BCE se adelantaba a la Fed en el primer movimiento de cambio de paradigma monetario. En unos días vendrá la Fed con un primer recorte, después de dos años y medio desde que empezara a subir y de más de un año desde el último alza en julio de 2023. Parece que ahora hay muchas razones a favor de una rebaja de al menos 0,25% y podremos encontrarnos con -0,50%, si todas esas razones siguen ganando importancia. Porque las hay, y muchas, entre ellas la propia evolución de los datos.

Parecía que la Fed sólo se encargaba de monitorizar la estabilidad de los precios y llevamos ya varias observaciones que van por buen camino, a expensas de algún susto inesperado. Pero recordemos que la Fed se preocupa además del mercado laboral, últimamente mucho. De hecho, no escatima Powell a la hora de darle a este mercado laboral mucho más peso desde ahora. El empleo viene mostrando también señales de mayor debilidad, lo que da pie para que la Fed decida acabar con la pausa. Y lo hará quizás con un movimiento más llamativo, si estos datos empeoran demasiado. Tampoco sería bueno si este asunto pone al mercado en una situación de esperar peor evolución de la economía que un aterrizaje suave como escenario preferido, del que también la Fed se hace responsable.

Hay más razones para pensar que la Fed recortará tipos en unos días, sin extendernos demasiado. Entre ellas, la cuestión de la política fiscal de la que no se habla demasiado, el endeudamiento que presenta Estados Unidos es elevado y el déficit no parece que esté previsto que se modere, menos aún en año electoral y en una situación en la que -considerando que unos no quieren reducir gastos y otros no quieren subir impuestos -difícil será que renieguen en este punto de sus principios. Y a nadie se le escapa que la caída de tipos en aquel país aliviaría el coste financiero de cargar con esa deuda.

La Fed ha alargado, además, quizás demasiado, esta pausa en la que no ha empezado a recortar tipos en base a que la inflación comenzó el año dando sustos y lo continuó sin plegar de la manera esperada. También en base a una economía que ha ido mejor de lo esperado incluso y de una situación en los mercados bastante positiva, quizás amparada en el excesivo optimismo que rodea al sector tecnológico e industrias derivadas.

Una última razón que puede ser válida a estas alturas para acabar con esa pausa es precisamente el interés de la Fed por no perder credibilidad a la hora de anticipar el medio plazo. Después de haber perdido mucho de eso en otras etapas donde se defendía la transitoriedad de la inflación, es de vital importancia para el Banco Central y para todos.

En definitiva, ya hemos llegado a lo alto del tobogán de los tipos y toca actuar, aunque no llegaremos al punto del que partimos hace dos años largos. Nos quedaremos a mitad de camino entre aquel nivel del 0% y los niveles actuales en los siguientes dos años, o eso predicen los mercados: en torno al 3% en Estados Unidos y por encima del 2% en Europa. Aunque adivinar cuál es el nivel natural de tipos ya es otro debate.

De momento vamos a disfrutar de un nuevo período, por el disfrute mismo de necesitar tener en cuenta más cosas aparte de la inflación y las reacciones de bancos centrales. Se echa de menos más aspectos fundamentales que, afortunadamente, siguen presentes en mercados como las bolsas. Lo vemos con los resultados empresariales cada trimestre, aunque podamos ver también sobrerreacciones ligadas a algunos sectores.

Disfrutemos de las oportunidades que se presenten porque los mercados son egoístas y avariciosos. Así debe ser para que se creen las necesarias equivocaciones y arbitrajes persiguiendo puntos de mejora que descuidan otras decisiones y estadios quizás menos exigentes, pero más seguros. Como dice el estribillo de la canción Badlands de Bruce Springsteen, "Poor man wanna be rich / Rich man wanna be king / And a king ain´t satisfied / Till he rules everything…", es naturaleza humana que se puede aplicar sin necesidad de hacer el mal, y mejor entender que esto es así. ¿Quién dijo miedo?

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