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Mejor la deuda americana ahora en dólares que comprarla en euros

Billete de dólar. Dreamstime

El cambio del euro frente al dólar se ha ido hasta su nivel más favorable para la divisa comunitaria desde que comenzó 2022, hasta 1,12. La realidad es que si se coge el cruce medio de los tres últimos años el riesgo de pérdida si se compran dólares es casi inexistente mientras que la ganancia máxima, si el dólar se apreciase hasta su techo de un euro por 1,04 billetes verdes del último trienio, superaría el 7%.

Entre las estrategias de inversión que se pueden cocinar con este escenario está el cambio de preferencia de renta fija estadounidense en euros por la misma deuda en dólares. Lógicamente se trata de un plato mucho más fuerte de digerir para el inversor. Pero si lo pensamos, forma parte de la decisión especulativa de decidir tener deuda estadounidense frente a la seguridad de la europea. La respuesta inmediata es porque ofrece más rentabilidad que la de la zona euro. La rentabilidad del bono de EEUU a diez años, que ha caído a mínimos de junio del año pasado, se sitúa en el 3,86, frente al 3,1 que, por ejemplo, paga de intereses un diez años español.

Pero hay un elemento adicional para pensar que el dólar puede generar un comportamiento positivo para la rentabilidad de una cartera: que la maratón de bajadas de tipos sea más profunda en el caso de la Reserva Federal que por parte del Banco Central Europeo. Aunque el paso de salida a esta carrera lo dio Lagarde y no Powell, tras las últimas actas de la institución monetaria americana quedó claro que la bajada del precio del dinero que se hará en septiembre se decidió en julio. Lo que se ha traducido en que desde máximos del año a los niveles actuales la deuda estadounidense a diez años caiga de 100 puntos básicos.

Otro punto a favor para conciliar que podemos estar cerca de la debilidad máxima del dólar es que Powell, que en su discurso en el simposio de Jackson Hole, textualmente llegó a decir que "ha llegado el momento de ajustar la política", está convencido de que se puede lograr algo que históricamente es inusual: un aterrizaje suave de los altos tipos de interés y el control de la inflación sin provocar una recesión que desencadene un fuerte aumento del desempleo. En realidad el que fuera presidente del Bundesbank, banquero central alemán, Karl Otto Pöhl, utilizó una metáfora mucho más fácil de entender para que nos demos cuenta de la dificultad que tienen los bancos centrales para solucionar el problema de la inflación: "Es como la pasta de dientes: es muy fácil sacarla del tubo, pero casi imposible volver a meterla dentro".

Como inversor nunca hay un camino correcto o incorrecto, solo decisiones acertadas o desacertadas y complicadas de tomar, y una agresiva es tener algo más de cartera de deuda americana en dólares que esta misma en euros si se cree que la recesión es evitable.

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