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Economía/Turismo.-La CE apunta que los turistas abandonarán la costa mediterránea si continúa calentamiento de la tierra

Otras víctimas del cambio climático serán la agricultura, la salud o las costas, con riadas más frecuentes


BRUSELAS, 10 (EUROPA PRESS)

El calentamiento de la atmósfera debido a la emisión de gases de efecto invernadero podría provocar, entre otros efectos, un cambio en los "modelos" de turismo actual que se traduciría en particular en el abandono de la costa mediterránea como destino preferido por los ciudadanos del norte de Europa en beneficio de otras zonas del continente Europa, como el mar del Norte o el Báltico.

Esta predicción figura en el denominado "Estudio Peseta", elaborado por el Centro de Investigación de la Comisión Europea, que contempla la situación actual en cuanto al cambio climático, las reducciones de emisiones de CO2 que deben emprenderse para mejorarla y también informa sobre "los costes de la inacción" en este sentido.

El documento hace una previsión sobre cuáles serían los efectos si la emisión de CO2 a la atmósfera se doblara o triplicara a finales de este siglo con respecto a los niveles de la etapa preindustrial.

En el caso del turismo, daría lugar al final de la importante afluencia de los ciudadanos del norte de Europa que se produce cada año hacia las playas mediterráneas para disfrutar del "tradicional verano de 'sol, arena y mar'", que, según el estudio, es el "mayor flujo de turistas en el mundo", de unos 100 millones al año y beneficios económicos de alrededor de 100.000 millones de euros anuales.

El cambio climático está provocando un aumento de las temperaturas, que podría ser aún mayor si se cumplen los peores augurios del estudio, y esto provocaría un cambio de destino que también estaría relacionado con la disponibilidad de agua.

"El modelo de las condiciones de veranos podría variar dramáticamente en el curso de este siglo como resultado del cambio climático", asevera el estudio, que agrega que "cualquier cambio inducido por el clima en estos flujos de turistas y de dinero tendría grandes implicaciones en los destinos" turísticos.

DEL MEDITERRÁNEO AL BÁLTICO.

Como consecuencia, "zonas de excelentes condiciones" turísticas, ubicadas actualmente "alrededor del Mediterráneo" se moverían hacia el norte, "quizá tanto como hasta el mar del Norte o el mar Báltico" y advierte que "ocurre lo mismo probablemente para las interconexiones entre el desarrollo turístico y la disponibilidad del agua".

Constata como aspecto positivo para el Mediterráneo que, igual que podría aumentar la temperatura en verano, también lo haría en otoño y primavera, de manera que los turistas podrían "diversificar" los destinos en función de la parte del año de que se trate.

Sin embargo, señala que todo dependerá de "la respuesta de los turistas a los cambios" y de su adaptación a los efectos del cambio climático que dibuja el estudio.

Por una parte, podría darse que diversifiquen destinos, en cuyo caso, "mayor será el impacto distribuido en Europa". Sin embargo, advierte que "el mayor impacto probablemente será si la forma predominante de adaptación de los turistas es viajar hacia otros destinos", un supuesto en el que, indica, "muchos destinos (en particular el suroeste de Europa) sufrirán, aunque otros ganarán".

AGRICULTURA, SALUD Y COSTAS.

Además del efecto sobre el turismo, en particular en el Mediterráneo, el informe augura un descenso de la producción agrícola en el sur de Europa debido a la disminución del ciclo de crecimiento. Por el contrario, podría aumentar en el norte, porque, a la inversa, mayores temperaturas provocarán cosechas más largas y una disminución de los periodos de heladas.

Por lo que respecta a la salud, el estudio prevé el incremento de la mortalidad y patologías causadas por enfermedades relacionadas con el calor estival, aunque también, en el otro extremo, el descenso de las muertes por el frío extremo. Asimismo, aumentarán las enfermedades por comida y agua en mal estado y el riesgo de accidentes derivados de temporales y riadas.

El informe advierte de la necesidad de que las zonas costeras de la UE inviertan en su adaptación de una eventual continuación de la crecida del nivel del mar, también debido al cambio climático, mediante la construcción de diques o de refuerzos de planas. Advierte que así se podría reducir entre un 7 y 50% de los costes a medio plazo y de hasta un 70% a largo plazo.

Por lo que respecta a desastres naturales como riadas o desbordamiento de ríos, el documento advierte que ya entre 1990 y 1998 el número de estos sucesos fue mayor que en el periodo entre 1950 y 1985. Si continúan las cosas como hasta ahora, predice "que la magnitud y la frecuencia de los eventos extremos de agua se incremente".

OBJETIVO DE LA UE.

Para evitar este escenario, el informe alude al objetivo de la UE de limitar el incremento de la temperatura a menos de dos grados centígrados en comparación con los niveles de la etapa preindustrial. Para ello, la concentración de gases de efecto invernadero deberá permanecer por debajo de 550 partes por millón de CO2, lo que equivale a una reducción global de las emisiones de "al menos" un 15%, "pero quizá de hasta más del 50% en 2050" en comparación con niveles de 1990.

No obstante, enumera algunos de los efectos del cambio climático que ya se están registrando en Europa. Así, numerosas especies de aves están emigrando a zonas hasta ahora inusuales o, incluso, "muriendo". En concreto, cita a la mariposa española, que se ha desplazado hacia regiones más septentrionales. Además, el incremento de las temperaturas reduce los ecosistemas y han cambiado las cadenas alimentarias o el abastecimiento de agua.

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