Bolsa, mercados y cotizaciones

Ya será mucho ganar la mitad de lo que se ha hecho en el primer semestre

Al comenzar la segunda parte del año es hora de analizar lo que ha pasado en la primera y planificar qué expectativa ofrece lo que resta. Creo que a comienzos de año todo inversor debe hacerse un presupuesto con los objetivos reales que espera de su cartera para en momentos como el actual, en el que se parte por la mitad de año, se pueda analizar si estamos por encima o por debajo de plan de ruta.

Vamos a poner el caso de una cartera mixta (50% bolsa/50% deuda). En mi caso sitúe la expectativa de rentabilidad para 2024 en el 5,5%. Para llegar a esta rentabilidad la ecuación es que la bolsa debía ofrecer una rentabilidad del 8% y la parte de renta fija el 3%.

Supongo que se puede discutir algún punto de rentabilidad de la ecuación, pero en lo que sí vamos a estar de acuerdo es que, viendo los resultados con los que se cierra la primera parte del año, como mucho se puede aspirar a ganar la mitad de lo que se ha logrado hasta ahora en el segundo semestre.

Una cartera bogleliana, construida en esa filosofía mitad alto riesgo, mitad menos riesgo, debería arrojar en el año una rentabilidad próxima al 5%. En términos amarrateguis casi nos llevaría a pensar que hay que defender lo ganado y trasladarse a los cuarteles de invierno. Pero un mensaje como este sería romper la columna vertebral de la inversión: siempre hay que estar en mercado con una posición estratégica y sólo hay que hacer pequeños ajustes tácticos cuando el mercado los permita.

Creo que ya estaría bien, y firmaríamos, lograr un 2%/3% de rentabilidad en el semestre teniendo en cuenta la decisión del presidente francés Macron de convocar elecciones parlamentarias anticipadas. Su decisión ha elevado los diferenciales de los bonos no solo en Francia, en toda la periferia de la zona del euro, y mina la confianza empresarial. Aunque Marine Le Pen ha desechado el Frexit, la verdadera preocupación es el descontrol del gasto y el impacto que este pueda tener en la esperada continuidad de la bajada de tipos en la UE. Lo mismo sucede si se mira el calendario electoral de la Reserva Federal, sobre todo si Biden continúa diluyéndose como un azucarillo frente a Trump, con quien los fantasmas inflacionarios no desapareen por la combinación de una política de inmigración restrictiva, una política fiscal más laxa y aranceles comerciales.

Para la renta fija todavía nadie baja la bandera de que ya es hora de alargar duración y para la bolsa seguimos igual que a comienzos de año. Wall Street preocupantemente cara, pero con crecimientos del beneficio de las tecnológicas que justifican los multiplicadores que se pagan. En Europa con valoraciones más atractivas, pero con incertidumbres políticas y regulatorias mayores.

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