La era del coche europeo y norteamericano termina, empieza la del coche chino. Esta es la realidad que parece imponerse con la llegada de los coches eléctricos. No solo es que una firma de este país, BYD, haya superado a Tesla como principal vendedor de este tipo de vehículos, sino que el propio CEO de la firma norteamericana, Elon Musk, alertó en la última presentación de resultados que "estas firmas chinas son las más competitivas del mundo y, sin aranceles o barreras comerciales tendrán un éxito clave fuera de China, prácticamente demolerán a la mayoría del resto de empresas en el mundo".
Con esta advertencia, el magnate explicaba que las empresas chinas amenazaban con convertirse en el principal peligro para el tejido empresarial europeo y de EEUU. Sin embargo, lejos de lo que podría parecer, estas firmas no viven precisamente un momento plácido. A pesar de las potentes cifras que están logrando en lo que respecta a exportaciones y la cuota de mercado a la que acceden, la realidad es que su gran ofensiva mundial está yendo de la mano de potentes caídas en bolsa y decepción con sus resultados. Puede que en el futuro dominen el mundo, pero en lo que coinciden todos los analistas es que esa hegemonía, llegue o no, pasa por ahora por un camino de 'dolor'.
BYD, la empresa líder en vehículos eléctricos vendidos, con 526.409 unidades en el último trimestre de 2023, no ha logrado que esas cifras salven unas fuertes caídas en bolsa. En lo que va de 2024 la firma oriental ya se deja un 10,7% de todo su valor en el parqué. Respecto a sus máximos de 2023, a comienzos de febrero, cuando el despertar poscovid hizo soñar a los inversores con un mercado chino salvaje, la firma ya ha retrocedido un 42%. De este modo, el valor de BYD apenas llega a los 74.500 millones de dólares frente a los casi 600.000 en los que ronda Tesla, la firma a la que ha superado recientemente en ventas.
En el resto de compañías la situación es similar o incluso peor, con un arranque de año mucho más difícil al no estar sostenido por las cifras récord de BYD. NIO, que en 2021 era el gran rival chino de la firma de Elon Musk, está atrapado en uno de sus peores momentos. Este fabricante apenas vale 10.250 millones de dólares tras un desplome del 27% solo en el primer mes de 2024 y un descalabro del 60% desde sus máximos de 2023.
Otro de los grandes, Great Wall Motors (GWM) ya solo vale 21.500 millones de dólares tras una caída del 15% en los primeros 30 días del año y un descenso del 40% desde sus máximos de febrero de 2023. Misma situación ocurre con otros fabricantes como Xpeng, Wuling o Li Auto. Estas tres empresas caen un 36%, 18% y un 22% respectivamente en 2024 y viven potentes caídas desde sus máximos previos que, en muchos casos, llevan a estos valores a retrocesos superiores al 40%.
Es decir, en el momento en el que los envíos de coches eléctricos a nuevos mercados están poniendo en jaque a toda la industria mundial, no solo es que estas empresas no vivan un momento de euforia bursátil, sino que en su práctica totalidad, han perdido casi la mitad de su valor. Los expertos no tienen duda respecto al porqué detrás de esta extraña tendencia bursátil y creen que las previsiones de una demanda disparada se están enfriando con el paso de los meses. Esto se suma a que hay demasiadas empresas para un mercado chino que les llevará a una guerra sin cuartel.
Una demanda interna 'congelada'
El tercer trimestre de 2023 las ventas de vehículos eléctricos se desmoronaron un 28%, según datos de la Asociación de Fabricantes de Automóviles de China. Este golpe de realidad ha llegado después de que el año anterior estas se dispararan un 108% prendiendo la euforia de una renta variable que creía que este era el principio de una auténtica revolución. Sin embargo, cuando los ciudadanos de China abandonaron los confinamientos, la demanda no solo no se disparó, sino que se contrajo, al tiempo que las condiciones macroeconómicas de China empeoraban.
"Esperamos que la demanda interna de automóviles de pasajeros aumente modestamente a casi 22 millones de unidades (frente a los 23,84 millones de 2022) debido a la gran incertidumbre que pesa sobre la economía", explicaban los expertos de Fitch Ratings en su último informe. Los últimos datos de la patronal del sector hablaba de que, para el global del año, esperan que el crecimiento se desacelere al 36% respecto al 96% de 2022. Aunque se trate de un gran crecimiento esto ha frustrado por completo los objetivos de ventas de las diferentes compañías.
Además China decidió cortar en buena medida los subsidios especiales que estaban lanzando para impulsar el sector y que llegaron a los 57.000 millones de dólares, a pesar de que buena parte de la industria contaba con que estos se mantendrían. Esto, mezclado a una economía lastrada por unas condiciones macroeconómicas peores de lo esperado, ha sacudido por completo su hoja de ruta, siendo el principal catalizador de las caídas en bolsa.

A pesar de que la economía de China ha cerrado con un 5,2% de crecimiento, por encima del objetivo, está muy lejos de los avances del 10% al que había acostumbrado al mundo y todas las instituciones internacionales avisan de nuevas caídas en el crecimiento para 2024. Esta situación convive con una crisis inmobiliaria que amenaza su economía y una espiral deflacionaria que ha llevado al gobierno a múltiples planes de estímulo para reanimar el consumo.
Mientras tanto la demanda mundial de productos chinos va en retroceso, con un claro golpe en las exportaciones, (cayeron un 4,6%), a medida que el mundo se encamina hacia una ralentización por los altos tipos de interés que ha impuesto Occidente para enfriar sus economías y derrotar así a la inflación. Mientras esto ocurre la inversión extranjera en China ya cae a su nivel más bajo en tres años, lo que también ha acelerado las caídas en los fabricantes chinos.
Competencia extrema
En el propio mercado local, fuente de la práctica totalidad de los ingresos para muchas de estas firmas, el sector se ha encontrado con numerosas empresas que estaban preparadas para una periodo de gran abundancia y que ahora tienen que luchar por un mercado que es más estrecho de lo esperado. En el último informe de Bernstein señalaban como el principal problema la guerra de precios que se ha instalado en China debido a esta tendencia. "Esperamos que la competencia en el mercado interno siga siendo intensa y ejerza presión en los precios y en la rentabilidad".
Morgan Stanley también advertía que los inversores "siguen siendo cautelosos" por la situación económica, pero también por "la persistente rivalidad". "El aumento de las ventas minoristas de automóviles en China el año pasado se produjo en un momento de intensa competencia", dijo el secretario general de la PCA, Cui Dongshu, en una sesión informativa el martes. "Estas entregas tuvieron un coste enorme para la rentabilidad de los fabricantes de automóviles. La presión sigue siendo relativamente fuerte".
Esta tendencia se vio perfectamente en los últimos resultados de BYD que, a pesar de un crecimiento del 86,49% en sus beneficios hasta los 4.000 millones de dólares, estos precedieron a potentes caídas en bolsa. El motivo es que su rentabilidad ha caído hasta el 6,4%, muy por debajo de lo esperado debido especialmente a esta guerra de precios. En 2022 los márgenes de Tesla superan cómodamente el 15%, aunque ahora las 'rebajas' has hecho que caiga un 50% hasta el 7,9%.
"Los mercados mundiales están inundados de coches eléctricos más baratos, cuyo precio se mantiene artificialmente bajo gracias a enormes subvenciones estatales"
En este contexto y viendo que el mercado estaba saturado ante la baja demanda y el enorme número de rivales locales, las empresas chinas se han lanzado al extranjero para no perder el impulso. Las exportaciones de automóviles aumentaron un 62% el año pasado. Sin embargo, la entrada masiva de coches eléctricos chinos en el mercado europeo y estadounidense ha levantado sospechas. De hecho, la propia UE ha abierto una investigación sobre los subsidios chinos a estas empresas que, según la Comisión Europea, podrían estar ofreciendo precios demasiado bajos gracias a estas ayudas.
"Los mercados mundiales están inundados de coches eléctricos más baratos, cuyo precio se mantiene artificialmente bajo gracias a enormes subvenciones estatales", explicaba von der Leyen en su discurso ante el Parlamento Europeo. Además, China ha optado por una estrategia integral para suministrar a sus compañías de coches eléctricos, garantizando toda la cadena de valor, desde los materiales hasta los componentes. Su creciente presencia ha provocado represalias por parte de la Unión Europea, que en octubre inició una investigación sobre los subsidios chinos a los vehículos eléctricos que, según afirma, distorsionan el mercado.
Ahora, en caso de que los coches chinos sigan entrando en tropel en los mercados del mundo, queda por ver si algo de esa 'guerra de precios' local se traslada al mercado mundial. Una tendencia que ya se ha visto en actores como Tesla, que han rebajado sus precios en varios mercados y que supondría un duro golpe para las empresas del sector, que verían como su rentabilidad se desmorona