
Wall Street lleva coqueteando con las drogas desde tiempos inmemoriales. Es voxpopuli. De hecho, hace aproximadamente 40 años, en 1987, agentes federales antidroga de Estados Unidos llevaron a cabo redadas en las que terminaron deteniendo a más de una docena de empleados, incluyendo a brókeres y al socio principal de una empresa, con edades comprendidas entre los 20 y 35 años. Son como las meigas, todos saben que existen, pero nadie las ve (principalmente porque si te pillan, te echan).
Ese, seguramente, fue el punto culmen de las drogas en Wall Street. Hoy en día, su relación con la cocaína o marihuana, sustancias que hace 10 años eran las más consumidas, ha disminuido en favor de otras que potencien el rendimiento. En este sentido, algunos inversores recurren a las setas y otras drogas psicodéligas para mejorar su creatividad o incorporar una mayor autocomprensión. Otros las prefieren antes que el alcohol porque, según ellos, no pueden permitirse ir a trabajar con resaca, lo que les lleva a complementarlo con psicodélicos.
"Estás tomando microdosis simplemente para relajarte sin perder la lucidez. No quieres que te pegue un colocón delante de tus clientes, sino sentir que te sales de la norma pero actuando con soltura", comenta un banquero de inversión de 30 años a Business Insider. En esta línea, confiesa que ya "no mola ser el tío de la coca", y los que lo hacen son considerados como "los tipos de la vieja escuela de Wall Street".
Consumir cocaína y grandes cantidades de alcohol siguen formando parte de la cultura de Wall Street. Las fuertes jornadas de trabajo, mezcladas con el estrés por conseguir un bonus fantástico, pueden llegar a provocar el consumo de estas sustancias. Con todo esto, la progresión de consumo se mantiene por debajo de la media: los resultados positivos en las pruebas de drogas disminuyeron casi todos los años durante 24 años, pasando del 13,6% en 1988 a un mínimo del 3,5% en 2012. En 2015, la tasa de positividad anual se situó en el 3,9%, mientras que en 2019 registró 2,8% y en 2022 alcanzó el 3,6%. El promedio llega al 4,7%, según datos de Quest Diagnostics.
Adderall, la cocaína con receta
Con el paso de los años, el Adderall, un fármaco utilizado para el tratamiento de la hiperactividad con déficit de atención, se ha convertido en la sustancia más recurrente por parte de los inversores. Este medicamento totalmente legal (va con receta) abunda en el sector financiero porque actúa como "un vehículo para trabajar más duro, no dormir y conseguir más comisiones y tener más éxito", señala Anna Lembke, médico y directora de la Clínica de Patología Dual de Medicina de las Adicciones de la Universidad de Stanford.
Según cuenta a Business Insider un antiguo agente de ventas de Goldman Sachs, el Adderall "está de moda" y atrae a los inversores por el simple hecho de mantenerse despierto y concentrado, además de lograr efectos parecidos como el de la cocaína. Otro empleado reconoció que conocía a cinco o seis personas de su planta que conseguían recetas como churros y luego se las pasaban a los que las consumían.

Sin embargo, no todo el monte es orégano, y como todo en la vida, los excesos pasan factura. "Si aumentas las dosis de Adderall, tu pensamiento se vuelve un poco loco y delirante. Empiezas a perder el contacto con la realidad. Yo experimenté esto antes de estar sobrio y luego vi cómo les ocurría a otros. Con una dosis suficientemente alta durante un largo periodo de tiempo, empiezas a mostrar algunos síntomas de psicosis muy parecidos a los de la esquizofrenia", apunta un inversor.
Aparte del Adderall y la cocaína, existen otros métodos que los brókeres y traders de Wall Street usan para mejorar el rendimiento, como por ejemplo las bolsas de Zyn, una marca de una versión moderna de nicotina sin humo, en forma de pequeñas bolsas, para mantener altos sus niveles de energía en el trabajo. Actualmente, son tan populares que muchos inversores las encargan al por mayor. "Consigues nicotina sin necesidad de alejarte del trabajo. En lugar de salir a fumar un cigarro y charlar, hay una conversación constante sobre quién tiene Zyn en sus cajones y quién va a recibir el próximo pedido. Hay una verdadera comunidad en torno a los vicios", explica un banquero. Wall Street no es el único sector que hace uso de esta sustancia, ya que también son la opción preferida para los jugadores de la MLB (Major League Béisbol).
Todavía los hay sanos
Que muchos banqueros e inversores de Wall Street hayan consumido drogas, no significa que todos sean así. En esta línea, existen muchos profesionales del sector que nunca han consumido nada más fuerte que el café y que en algunos rincones del sector, como el de los hedge funds, se practica el biohacking -conjunto de acciones que un individuo lleva a cabo, a través de diferentes técnicas y herramientas, para optimizar su cuerpo, su mente y su vida-.
También existen los que prefieren sumergirse en el fascinante mundo del café, optando por las cápsulas de cafeína concentrada que pueden comprarse en cualquier tienda que venda suplementos deportivos.
Sin ayuda
Muchos bancos tienen una serie de servicios de bienestar con el objetivo de que los empleados pueden acceder, como por ejemplo una línea telefónica de asesoramiento 24/7, aunque muchos de los inversores consultados por Insider señalan que existen pocos, o muy pocos, recursos dirigidos especialmente a los profesionales de las finanzas que luchan contra estas adicciones.
"Si Wall Street se tomara esto realmente en serio, si pensara que es un problema real, podría poner en marcha un programa de seguimiento", asegura un antiguo profesional del sector.