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Los 'ratings' de sostenibilidad, en el punto de mira de los inversores

  • Las agencias ESG arrojan contradicciones difíciles de pasar por alto
  • Las principales calificadoras no solo elaboran ratings sostenibles...
  • ...también comercializan índices que utiliza la industria de la gestión de fondos
Imagen: Istock.

La regulación de la economía verde avanza a pasos agigantados. Y 2024 no va a ser una excepción. En Europa nos aguardan cambios determinantes que marcarán el curso de los mercados, como el reglamento sobre la divulgación de información ESG en los servicios financieros, o la directiva que regula la información corporativa en materia de sostenibilidad. Pero si hay un asunto que merece especial atención es, sin duda, cómo avanza la iniciativa de la Comisión Europea para mejorar la fiabilidad y transparencia de las calificaciones ESG. Visite el portal especializado elEconomista ESG.

Las conversaciones en el Parlamento y el Consejo Europeo deberían marcar un antes y un después sobre un tema que es absolutamente crucial para el desarrollo de la inversión sostenible. No hay que perder de vista que la iniciativa que ha puesto Bruselas sobre la mesa no es la única que existe actualmente, sino que ha llegado después de una consulta pública lanzada en la misma dirección por el Tesoro del Reino Unido, y siguiendo también los pasos de Japón.

Este nuevo escenario, con varias grandes jurisdicciones pretendiendo regular formalmente las calificaciones ESG, hace que disminuya notablemente el riesgo de que este negocio, en plena ebullición, siga creciendo sin control. Sin embargo, aparecen al mismo tiempo nuevos riesgos, como la posibilidad de que caigamos en el error de actuar de manera independiente para intentar atajar un problema de carácter global.

Lo cierto es que las calificaciones ESG están en el punto de mira de los inversores desde hace tiempo. Y la realidad es que en estos últimos años han arrojado contradicciones que son difíciles de pasar por alto. Las críticas sobre la falta de transparencia de algunas agencias, Así como las preocupaciones en cuanto a sus metodologías, han cristalizado en desafiantes titulares de medios como Bloomberg o The Economist, que bautizaron este fenómeno como el "Espejismo ESG", y aseguraron que nos encontramos ante "tres letras que no salvarán el planeta".

Es cierto que la metodología de cálculo de la mayoría de los indicadores ha ido evolucionando en estos años y, desde luego, no siempre de manera transparente. Además, las divergencias entre los proveedores de datos ESG suscitan cada vez más inquietud, y no solo porque no esté clara la metodología que se utiliza, sino también por los potenciales conflictos de interés que se están generando. Se da la circunstancia de que varias de las principales calificadoras ESG no solo elaboran calificaciones, sino que también comercializan índices bursátiles basados en estas puntuaciones, que a su vez son utilizados por la industria de la gestión de fondos. Le puede interesar: Grifols, una empresa del Dow Jones con un talón de Aquiles en la gobernanza.

Un reciente estudio de las universidades Columbia Business y Emory (titulado "Calificaciones ESG de los proveedores de índices sostenibles") ponía el foco en este asunto. Según la investigación, las calificadoras ESG tienden a dar un rating ESG más alto a las empresas con mejor retorno bursátil, lo que acaba generando unos resultados más favorables para los índices ESG de los que forman parte y que ellas mismas comercializan. Esto no ocurre, sin embargo, en las calificadoras que tienen unos menores incentivos en este sentido.

Así, al igual que la comercialización de índices puede tener un efecto en las calificaciones ESG, lo que parece evidente es la necesidad de una mayor transparencia en su proceso de elaboración. No resulta razonable que una misma entidad pueda liderar el ránking ESG de un proveedor de datos y estar en el pelotón de cola de uno de sus competidores. Conozca aquí el Ranking ESG de elEconomista.es.

La iniciativa de las autoridades europeas va, sin duda, en la buena dirección: mejorar la integridad, transparencia, gobernanza e independencia de las calificaciones ESG proporcionadas en la UE es determinante para reforzar el mercado y dar seguridad a las inversiones que financiarán el tránsito hacia la nueva economía. Ahora bien, si damos pasos regulatorios de manera independiente, el reto que se nos puede plantear es aún mayor. Debemos conseguir que las distintas iniciativas legales en marcha, y las que seguro están por venir, estén alineadas.

Si de verdad queremos contar con un faro potente que guíe a los inversores para apoyar y financiar la transformación de la economía hacia un sistema más sostenible debemos apostar por una regulación global. El reto de la transformación sostenible afecta a todo el planeta. Por ello, en un sistema financiero globalizado, el marco de actuación que guíe las inversiones -estas sí, específicas- también debe ser mundial. La gobernanza de la información ESG es la gran tarea para 2024 y debemos asumir el reto con amplitud de miras.

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